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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

James Rodríguez tiene dotes de ilusionista, Cuadrado es un puñal por la banda, los laterales Zúñiga y Armero van y vienen como si hicieran delivery y la 'Roca' Sánchez muerde en el medio con modales de caníbal del balón. Colombia es todo eso, pero también un ataque poderoso donde titulares y suplentes atesoran talentos similares. Falcao está lejos de su mejor versión, aunque todavía infunde respeto y José Pekerman se puede dar el lujo de esperar su regreso goleador. Ese lujo también incluye a Jackson Martínez, un artillero en plena vigencia que apenas ha jugado 8 minutos en los dos primeros partidos y sigue afilando sus cuchillos para acudir al matadero.

En el banco, Pekerman gestiona con criterio los egos y maneja la pizarra con el aplomo de un matemático que ya resolvió la ecuación y sabe que el orden de los factores no altera el producto: ponga a quien ponga, Colombia es competente para defender y atacar. Hoy por hoy, un equipo capaz de hacerle partido a cualquiera en el mundo. No podemos decir lo mismo de Perú. Gareca solo tiene cuatro partidos y un puñado de entrenamientos con el plantel completo.

El tubo de ensayo es aún incipiente, de allí que el argentino esté más proclive al error que la mayoría de sus colegas en Chile. Y esto no solo tiene que ver con las limitaciones propias de sus jugadores. Ante Venezuela, la pizarra del técnico agregó desorden al juego.

Hasta ahora no sabemos de qué jugó Yordy Reyna y por qué Paolo Guerrero acabó tan lejos del área. Claudio Pizarro salvó el resultado, pero el rendimiento colectivo no fue bueno, a pesar de que jugamos una hora con un hombre más. En el partido definitorio de Temuco, el 'Tigre' no puede fallar el zarpazo. No veo a Perú repitiendo el 4-4-2 con Sánchez y Cueva en las alas. La selección necesita especialistas para frenar el juego exterior de los 'cafeteros'.

Pienso en André Carrillo por Cueva y en Sánchez corriéndose al centro para arropar a Ballón y Lobatón. Ese movimiento no solo dejaría más libre a 'Loba' para inventar, sino que permitiría la esperada vuelta de Farfán, esta vez tirado a la derecha para cubrir a Armero. Con este esquema, Pizarro se caería del once, aunque Perú defendería mejor con un 4-5-1 que pasaría a 4-3-3 en fase ofensiva. Muy parecido a lo que se hizo ante Colombia en el recordado choque de cuartos de Argentina 2011.

@franciscocairog