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Fernando Cáceres: El Jamón de ESSALUD
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El Gobierno ha creado una Comisión de Protección Social que planteará –en julio próximo– reformas necesarias para financiar la 'cobertura universal de aseguramiento de salud y protección previsional'. El esfuerzo es aplaudible. La pregunta es si, por cálculo político, no se obviarán problemas que llevan años postergados. Uno de ellos se llama Essalud.
Lo primero es que esta entidad no funciona como un seguro de salud. Un seguro, aunque su pago sea obligatorio, debe permitir a sus asegurados elegir dónde atenderse. El hecho de que el aseguramiento y la prestación de los servicios de salud estén todavía amarrados distorsiona el sistema; a tal punto que si un afiliado elige atenderse en una clínica privada para acelerar la atención e impedir que su enfermedad avance, Essalud no le devuelve siquiera lo que hubiera gastado en atenderlo.
Lo segundo tiene que ver con la limitada competencia que enfrenta Essalud. El aporte mensual por salud sobre las planillas es de 9%. Pero solo hay competencia, entre Essalud y las EPS, sobre el 2.25% que corresponde a las atenciones más frecuentes (capa simple). Respecto de las atenciones menos frecuentes y más costosas (capa compleja), Essalud tiene un monopolio que –por razones políticas– ningún gobierno ha querido tocar desde 1997, cuando se crearon las EPS.
En otras partes del mundo, donde el aporte de salud es obligatorio, el trabajador es dueño de su póliza. Hay una entidad pública que administra ese seguro, pero la prestación puede realizarse en una institución privada o pública.
Cuenta la 'leyenda' que, cuando se crearon las EPS, Fujimori decidió arbitrariamente que el 'jamón' se cortaría en 6.75%. Esperemos que este gobierno decida que todo el jamón sea de propiedad del trabajador, y que sea este quien lo corte como mejor le parezca.
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