/getHTML/media/1238511
Lo último del paro de Transportistas
/getHTML/media/1238503
Rubén Vargas sobre inseguridad: "Se necesita inteligencia no estado de emergencia"
/getHTML/media/1238497
Gilmer Meza de Sutep Lima: "Ministro de Educación -Morgan Quero- debería de renunciar"
/getHTML/media/1238485
Alfonso Bustamante CONFIEP sobre inseguridad: "No hay liderazgo, hay ineficiencia"
/getHTML/media/1238306
Mariana Costa de Laboratoria habla sobre sus encuentros Obama y Zuckerberg en La del Estribo
/getHTML/media/1238304
Los mejores libros del siglo XXI según The New York Times | Biblioteca de Fuego
/getHTML/media/1238303
¿Cementos y fútbol femenino? Gabriel Barrio de Unacem en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1238207
118 mujeres han sido víctimas de feminicidio en lo que va de 2024
/getHTML/media/1238198
Lo último: allanan la casa de 'Chibolín'
/getHTML/media/1237508
Hugo de Zela sobre viaje a EE.UU.: "Se intentó explicar al Congreso, pero Dina no quiso"
/getHTML/media/1237506
Abraham Levy: "Hay mucho desinterés sobre los incendios forestales"
/getHTML/media/1237484
Darío Sztajnszrajber, filósofo: "Aprendamos a vivir el amor también con sus sombras"
PUBLICIDAD

Ser y sentir

Imagen
Fecha Actualización
En esta era de recetas, consultores, terapeutas, mentores y escritores de libros de autoayuda ofrecen felicidad y ausencia de sentimientos negativos. ¿Qué hacer para vivir contentos, para que no duela?
Sin embargo, la vida duele a cada rato. De hecho, hay algo que se llama asimetría hedónica: los afectos desagradables son muchos más que los positivos. Tiene lógica si recordamos que para sobrevivir en un mundo esencialmente peligroso, detectar lo que anda mal es esencial.
¿Y si, en lugar de concentrarnos en los sentimientos, que en realidad no podemos controlar, ponemos nuestra atención en lo que queremos lograr, en el sentido que tiene lo que hacemos, en la dirección que siguen nuestros afanes, en la eficacia de nuestras conductas?, vale decir, más lo que queremos ser y no tanto cómo nos queremos sentir.
Quizá estamos demasiado concentrados en nuestros cuerpos y damos mucha importancia al panel de instrumentos que reflejan su funcionamiento, lo que entra por nuestras bocas, la expectativa de nuestra permanencia en el mundo de los vivos, y hemos olvidado la brújula que señala la dirección en la que estamos yendo, el GPS moral que nos dice dónde nos encontramos y aquello por lo que queremos ser recordados.
Hacer lo que uno considera relevante, valioso, caminar el sendero trascendente antes que el camino sonriente y aceptar la compañía del dolor, es un objetivo que uno puede trabajar, cuyo logro uno puede aquilatar objetivamente, contrariamente a lo que ocurre con la obsesión por el bienestar emocional que parece reinar en la vida de nuestros días.
TAGS RELACIONADOS
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD