Segunda chance desperdiciada

Con lo declarado contra Alan García, solo familiares, personas muy amigas de él, fanáticos y negacionistas pueden seguir sosteniendo que no estaba al tanto y de que se suicidó en una suerte de harakiri por honor antes que experimentar un proceso penal y una muy posible condena que su orgullo no podía aceptar.

Lo que refuerza esta convicción es que la fama de García desde su primer gobierno no era precisamente de las mejores, con todo eso de lo del Tren Eléctrico, los Mirage, el dólar MUC, las declaraciones incriminatorias de Zanatti y Siragusa, el BCCI, las cuentas en Texas y Liechtenstein que jamás se pudieron abrir, etc.… Costaría muchísimo creerle a alguien tipo Nava y Atala si estuviesen acusando a Fernando Belaunde, Paniagua o Bustamante y Rivero, pero no de García.

Muchos decidimos darle el borrón y cuenta nueva, después de combatirle CON TODO por muchos años, desde que el brillante pueblo peruano le devolvió al poder en el año 2006 a pesar del infierno que vivimos bajo el ‘Aprocalipsis’ de 1985-90. Si son tan idiotas de olvidar y encima elegirle, pues uno para qué iba a seguir con el tema... E hizo un segundo gobierno bastante aceptable, de lejos el mejor desde la caída de Fujimori, claro que bastante ayudado por el colosal boom de los metales. No hizo más reforma que la educativa, pero incentivó el crecimiento al máximo y le evitó al Perú vivir la dolorosísima megarecesión mundial de 2008, algo clave que jamás le van a reconocer en este país de indocumentados y maliciosos. Ojo que hubo ‘petroaudios’ e indultos discutibles que mancharon ese periodo.

De todas formas no se entiende que al parecer haya vuelto a las andadas y haya estropeado esa segunda oportunidad que el ‘electarado’ le dio para rehabilitarse completamente y pasar a la historia por la puerta grande.