(Foto: César Campos)
(Foto: César Campos)

Escribo tarde, desde España y basándome en el boca de urna, así que mi análisis será muy crudo. ¡Vaya resultado complicado! Un AP cual puntero no muy distante, un empate en el segundo puesto entre APP y PM, un cuádruple empate de Podemos, SM, FP y Frepap en el tercer lugar, para a continuación observar otro entre FA y UPP (Nota de redacción: En el conteo rápido al 95%, el Frepap escaló al segundo lugar con 8.8%)... Todos los números muy ajustados, por lo que los puestos –y curules– serán muy cambiantes en el recuento final, salvo el primero.

Conclusiones rápidas: Congreso hiperfraccionado y novato (lo que garantiza otro tipo de circo, propuestas irresponsables y un reforzamiento de Vizcarra, que hasta podría intentar la reelección con este Congreso y ese TC), un récord histórico peruano de ínfimo apoyo electoral para un primer lugar, números naranjas pésimos, hecatombes aprista, solidaria y pepecista. Oficialistas morados sobreviviendo el incendio (¿con Mora en el Congreso?), Urresti como un nuevo Odría, el pintoresco Frepap resucitando al Frenatraca, y el rojerío anti-C-93 (FA, JPP y UPP) repitiendo juntos el +/-18% de Verónika Mendoza.

Si en elecciones normales han solido darse muchos cambios posteriores al boca de urna, es muy probable que veamos aún más diferencias finales en estos comicios tan exóticos (en los que la mayoría de agrupaciones participantes han tenido muy pocos personeros que las defiendan en mesa. Súmesele a eso la cifra repartidora, las impugnaciones, etc.), tanto en las posiciones en el ranking de los partidos como en cuáles de sus candidatos finalmente lograron entrar o sobre cuál partido consiguió pasar la valla electoral.

PD: Con esto, la inversión privada local se va al subsuelo.

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