(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

Indigna mucho este intento pérfido del fiscal Pérez, con la complicidad de LR y de su prensa más satélite, de manchar por piconería al magistrado TC Sardón, distorsionando su actuación en Reflexión Democrática (RD) para hacerle aparecer como que él hubiese financiado fujimoristas para el Congreso con plata interesada; todo esto para que después el fujimorismo le elija como magistrado y él libere a Keiko. Ni RD es propiedad de Sardón ni la dirigía (era un vocal más), ni él disponía del dinero, ni él –como tampoco los donantes– escogía a los candidatos, ni todos los elegidos fueron fujimoristas (¡8 de 23!).

Sardón –como se lo trató TANTO de hacer entender en RPP a un Jaime Chincha (ver por favor ) que ya cae en la necedad más irritante por ese estridente, fanatizado y diario activismo oficialista y pro-fiscales– solo fue un vocal que buscó a varios rectores (Marcial Rubio, Burga, Wisotzki, FOZ y Bustamante, ninguno fujimorista, por cierto) para que estos a su vez determinen cuáles postulantes entraban al programa de RD, donde se les capacitaba por valor de US$6 mil y se les sufragaba parte de su campaña (US$14 mil), con facturas presentadas.

Ojo, Sardón fue electo al TC por el 78% de los votos en el Congreso humalista, en donde el fujimorismo era minoría. Chincha insistía machaconamente en que Sardón debió de inhibirse de examinar la libertad de Keiko (¡¿por RD?!), pero Chincha nunca reclamó que Ledesma se inhiba en el TC con Keiko y Yoshiyama después haberse declarado antifujimorista.

Finalmente: ¡Qué casualidad que esta maniobra contra Sardón justo suceda cuando su colega Espinosa-Saldaña estaba contra las cuerdas!