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Enrique Castillo: ¡Qué tales presidentas!

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Fecha Actualización
La falta de capacidad para un buen manejo político, la insistencia en los propios errores, aferrándose a ideas o posturas equivocadas, y la soberbia de la presidenta del Partido Nacionalista –¿y presidenta de facto?–, Nadine Heredia, solo pueden ser "superadas" por la presidenta del Parlamento, Ana María Solórzano, que se ha esmerado en cumplir "aplicadamente" su papel de fiel e incondicional asistente de la primera dama, sin ninguna capacidad de iniciativa o intención de hacer algo por propia voluntad.

Ambas presidentas –aunque una es la jefa y la otra la entusiasta subordinada– están haciendo todos los esfuerzos y los méritos para convertir su bancada en una triste y opaca minoría, y para entregarle a la oposición toda la iniciativa, y quizás hasta la presidencia del Congreso.

Pocas veces se ha visto que desde Palacio de Gobierno y desde la presidencia del Congreso se cometan tantas torpezas y tantos errores para permitirle a esta oposición –que tampoco es de las mejores– hacer uso de todos los instrumentos a fin de bloquear a un Ejecutivo realmente pobre, que no tiene reflejos, iniciativa ni recursos para salir adelante.

Pero las presidentas no actúan solas. Tienen la "ayuda" –por omisión y desaparición– del primer ministro, Pedro Cateriano, y de los ministros que parecen someterse a las "estrategias" de quien da la luz verde para todo, y terminan maniatados y quejándose de todo.

Si el premier hubiera tenido reflejos e iniciativa, él habría negociado con todas las bancadas de oposición –¿quién necesitaba las facultades?– y habría planteado a la presidenta del Congreso deshacerse de Yovera –a quien no sacan para tener un voto más–, para lograr un fin mayor, y hubiera quedado como el hombre que no necesitaba de la corrupción y del voto de un condenado para lograr su objetivo.

Ahora, de todos modos tendrán que sacar a Yovera, no tienen las facultades, y quizás pierdan de todas maneras la presidencia del Parlamento. Y todavía quedan mal ante el país.