(Perú21/Piko Tamashiro)
(Perú21/Piko Tamashiro)

El video del legislador Petrozzi que se viralizó en redes estos últimos días no es lo que parece ser. Ante la pequeñez a la que nos hemos acostumbrado desde el Congreso, una intervención como la suya llama la atención, pero debemos tener cuidado con lo que hay detrás. Su discurso aparenta ser liberal y constructivo, cuando en realidad oculta la agenda más conservadora y negacionista del Perú.

Dejando de lado su verbo florido, arreglado con varios lugares comunes y algunas verdades, lo que afirma Petrozzi se resume en dos cosas: que en las escuelas no se hable de género ni de sexo, y que la historia se cuente sin incomodar al fujimorismo. Su elocuencia se convierte en demagogia que busca confundir.

El enfoque de género no es para decirle a un estudiante con quién se debe meter a la cama. Lo que busca es que niñas y niños comprendan que no hay un género mejor que otro, ni que existen roles preestablecidos para ellos en la sociedad. Es para que aprendan sobre su cuerpo, lo entiendan y cuiden. Sobre todo, para que no haya duda de que un hombre no decide sobre el cuerpo de una mujer. Es para aniquilar el machismo que mata y las estructuras sociales que recortan libertades.

Petrozzi también busca confundir llamando sesgo político a la enseñanza de los crímenes ocurridos durante el fujimorismo. Lo que propone, en el fondo, es que una parte de la historia no se cuente o se cuente a su manera. Lo que parece querer es complicidad y una alianza por la impunidad. ¿Ese es el punto medio que nos llevará al progreso?

Que Petrozzi diga lo que dijo no sorprende, sino que no sea más evidente que estamos ante un mismo libreto conservador y negacionista, solo que ahora edulcorado. El verdadero adoctrinamiento es, más bien, ese. ¡Sebo de culebra para todos!