¿Elecciones sin candidatos?

No hay novedad en sostener que los partidos políticos atraviesan una situación precaria en el Perú y que con ella irán a las elecciones. Pero cuando el JNE informa, hace unos días, que solo el 2% de listas de candidatos ha quedado inscrito y que sobre más del 40% (95% en el caso de Lima) los Jurados Electorales Especiales han planteado cuestionamientos, estamos en otro nivel. Como el caso de un examen que desaprueba a la totalidad del salón, debemos prestar atención también al examinador.

El análisis es preocupante. En esta etapa, los jurados electorales debían evaluar si listas y candidatos cumplían los requisitos para participar. Debían basarse en las normas electorales y, muy importante, seguir los mandatos de la Constitución y las decisiones que su superior jerárquico (pleno del JNE) emitió en anteriores elecciones. Nada de esto ha ocurrido.

Así tenemos que contra el texto expreso de la Constitución (art. 52) se ha desconocido la nacionalidad peruana de ciudadanos nacidos en el extranjero de padres peruanos. Contra la prohibición constitucional de restringir derechos en base a comparaciones (art. 139.9), sorpresivamente se ha exigido licencia sin goce de haber a candidatos con contratos de locación de servicios con el Estado o que son miembros o suplentes (!) de la Comisión Permanente del Congreso disuelto. Y contra la distinción legal entre modalidades de democracia interna versus la designación de invitados, se las ha equiparado para acortarles el plazo. Cada uno de estos puntos tiene jurisprudencia reiterada en anteriores procesos electorales por parte del pleno del JNE que ponen en evidencia el actuar arbitrario de los juzgados electorales.

Pareciera, pues, que la autoridad electoral pretende reducir las opciones de las elecciones sin un fundamento debido. Con ello no solo afecta derechos de partidos y candidatos, sino a electores. Les ofrece un menú de opciones artificialmente empobrecido. El examinador ha sido jalado.

*El autor cumple con advertir que es hermano del excongresista Alberto de Belaunde.