El plan B de Keiko

“La mentada candidatura del patriarca de los Fujimori no ha sido otra cosa que una cortina de humo para distorsionar la realidad y el contexto político en el que el país se está desenvolviendo”.
Richard Arce

Tenemos que estar atentos a las patrañas del fujimorismo. Hay que reconocer que son astutos para sorprender y engañar a la población; la mentira y la criollada —cultura combi— son la característica emblemática del andar sinuoso del fujimorismo en todos estos años de existencia y de, lamentablemente, presencia política y hasta protagónica en el quehacer político nacional.

La mentada candidatura del patriarca de los Fujimori no ha sido otra cosa que una cortina de humo para distorsionar la realidad y el contexto político en el que el país se está desenvolviendo. Justamente es la justicia la que tiene contra las cuerdas a Keiko Fujimori en el inicio del juicio oral por lavado de activos, financiamiento ilegal de campañas políticas y obstaculización a la justicia, con la instrumentalización de poderes del Estado como el Congreso que se ha convertido hoy en un bastión del fujimorismo.

Por eso una hipotética candidatura del sátrapa Fujmori es muy útil para sus intereses. A Keiko el suceso le cae como anillo al dedo dentro del proceso judicial que tiene en marcha porque, primero, le permite cambiar la atención de los reflectores y la opinión pública y así morigerar el escándalo de estar en el banquillo de los acusados donde la muestran inescrupulosa y capaz de hacer todo por dinero.

Lo segundo es que la supuesta candidatura de Alberto Fujimori ha logrado la integración del partido Fuerza Popular en un solo frente, lo que lo ubica en una posición expectante para las próximas elecciones. Por eso es determinante para ellos salir de este juicio oral, para tener la cancha libre frente a los contendores, más aún cuando la oposición no ha podido consolidar una sola fuerza de oposición contra la presunta organización criminal que hoy está gobernando y atropellando la institucionalidad y la democracia del país.

Entonces, no es difícil deducir por qué ahora recurren al Tribunal Constitucional para anular el juicio por el caso Cocteles y archivar el proceso por lavado de activos, organización criminal entre otros delitos que habrían cometido. La jugada es maestra, puesto que el TC está conformado, en su mayoría, por magistrados afines a sus intereses, con deuda política por haber sido nombrados en ese pacto infame del fujicerronismo que permitió con sus votos el nombramiento que hoy ostentan.

Se la saben todas Keiko y su séquito, y van a utilizar su poder para zafarse de la justicia porque se sienten culpables ante la contundencia de la carpeta fiscal.

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