El Perú es un país con tres sistemas: uno formal, otro informal y otro ilegal. El Perú formal, de la minería moderna que paga impuestos, genera empleo y cumple todos los estándares sociales y ambientales, acaba de presentarse en Australia en uno de los eventos mineros de talla mundial (IMAR 2024, en inglés). Es el Perumin de Australia, si cabe la comparación. La delegación oficial peruana estuvo liderada por la influyente Cámara de Comercio Australia-Perú, y junto a ella estuvo el titular del Ministerio de Energía y Minas.
El Perú tiene 8 de los 17 minerales críticos. Semejante dato no es baladí. Tenemos cobre, el mineral de la cuarta revolución. De momento no hay sustituto. El grafeno es un bluff, así que podemos estar tranquilos, de momento. No hay ningún Fritz Haber, aquel alemán que creó el sustituto al salitre y con ello el güano. Recibió el Premio Nobel por ello. Pero vamos a lo nuestro.
Decíamos que en Australia la minería moderna peruana ha vuelto a ponerse en vitrina. Otro dato. En 2030, es decir, dentro de cinco años, habrá un déficit de 5 millones de toneladas de cobre. Se calcula que habría una posible inversión de US$125 mil millones en los próximos años. ¿Qué pasaría si el Perú solo captara US$15 mil millones de los US$125 mil millones?
Todo lo anterior pertenece a un país distinto, a un país minero moderno. Aquí, en el Perú, por estos días se ha empezado a debatir si el Congreso debería o no extender el “maldito” Reinfo que en el papel termina el próximo diciembre. Ningún instrumento de gestión ha tenido tan mala propaganda y ha sido tan mal utilizado. La ilegalidad en minería utiliza la laxitud del Reinfo.
Ahora bien, de la minería ilegal no vamos a referirnos en esta columna, más allá de decir que por ser ilegal no puede existir aquiescencia alguna. Pero sí vamos a referirnos al sistema informal minero. Desde 2012 hacia aquí, el proceso de formalización de la minería informal ha sido un fracaso, un desastre. Mejor dicho, el Estado ha fracasado en la formalización.
Es obvio que por cuestiones de “real politik”, el desaprobado Congreso, con anuencia del Ejecutivo, va a ampliar el Reinfo. Se extenderá sino por meses, por años. Pero insistir con el Reinfo no es la solución. La solución es una ley de minería artesanal y pequeña escala que, dicho sea, estimo que no habrá en esta legislatura. Al Congreso no le interesa.
Es obvio que no se puede criminalizar a aquellos mineros en vías de formalización que tienen las ganas y las capacidades para hacerlo. Pero, por favor, es obvio también que los ilegales utilizan el Reinfo. Este es el Perú y sus tres sistemas.