El drama de la salud en el Perú

La exhibición es patética: falta de medicamentos, medicamentos vencidos, áreas inutilizadas, equipos nuevos sin usar cuando la demanda de servicios es abrumadora. Al problema de infraestructura mostrado podemos sumarle también la falta de personal especializado, manifestó la economista.
La frivolidad de la política impide ver los verdaderos problemas que afectan a la ciudadanía. Un poco menos de circo judicial y un poco más de atención al ciudadano, especialmente al que más lo necesita, dijo Teullet (FOTO:GEC)

Un programa dominical ha estado transmitiendo segmentos en los que presenta la situación de algunos hospitales en el Perú. La exhibición es patética: falta de medicamentos, medicamentos vencidos, áreas inutilizadas, equipos nuevos sin usar cuando la demanda de servicios es abrumadora. Al problema de infraestructura mostrado podemos sumarle también la falta de personal especializado.

Piense usted en cómo se sintió la última vez que sufrió de alguna enfermedad. Probablemente se quedó en casa y recibió algún tipo de atención, compró los medicamentos necesarios y se recuperó. Si esta fue su experiencia, se encuentra usted en un grupo privilegiado. Para la gran mayoría, obtener una cita para atención en un centro de salud puede tomar meses y acceder a una operación o tratamiento mucho más.

Hablar de falta de atención médica o de problemas de salud es también hablar de pobreza, no solo porque es la población de menores recursos la que tiene que acudir a hospitales y otros centros de atención públicos donde muy probablemente no reciban oportunamente el servicio adecuado, sino porque, por sus propias condiciones de vida (desnutrición, anemia, falta de agua potable, hacinamiento, falta de abrigo), son tal vez los más propensos a sufrir de una enfermedad; sin excluir la exposición a accidentes tanto en el centro de labores (trabajos físicos de mayor riesgo) como por la exposición al tráfico en las horas de traslado.

Como una gran parte de trabajadores son autoempleados o informales sin sistemas de seguridad, un día no laborado a causa de una enfermedad significa un día sin ingresos, lo cual agrava aún más la situación de pobreza.

La educación en nuestro país es un tema que requiere atención inmediata. Sin embargo, el problema de salud es aún más urgente porque afecta el plazo inmediato y se cruza con casi todos los demás problemas que pueden afectar a una familia, sea causándolos o agravándolos.

El número récord de fallecidos a causa de la pandemia del COVID-19 no es una casualidad. Una rápida (o profunda) mirada a la situación del sector salud nos indica las razones detrás de ello: es reflejo del abandono durante años de un sector cuya atención debería ser prioritaria. ¿Cuántas vidas podrían salvarse con un esfuerzo marginal? Si bien las necesidades son inmensas, una ayuda adicional puede hacer la diferencia para decenas de miles de personas.

La frivolidad de la política impide ver los verdaderos problemas que afectan a la ciudadanía. Un poco menos de circo judicial y un poco más de atención al ciudadano, especialmente al que más lo necesita.

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