"El Congreso ya llevó adelante una contrarreforma que permitió que las universidades vuelvan a tener control sobre la institución que las regula (Sunedu)". (Foto: Andina)
"El Congreso ya llevó adelante una contrarreforma que permitió que las universidades vuelvan a tener control sobre la institución que las regula (Sunedu)". (Foto: Andina)

Otro ataque se prepara contra la calidad educativa. Esta vez, desde la Comisión Permanente del Congreso, en la que hoy se verá un proyecto de ley que busca darle una segunda oportunidad a las universidades que no lograron obtener licenciamiento de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu). Es decir, lanzarle un salvavidas a instituciones que han demostrado no estar a la altura de los estándares mínimos de calidad. Este proyecto integra las propuestas similares de los congresistas Darwin Espinoza, Edgar Tello, Esdras Medina y Wilson Quispe, y ha sido priorizado en este grupo para que sea visto hoy.

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El Perú tiene serios problemas en materia educativa, tanto pública como privada. En ese sentido, este proyecto supone que los grandes esfuerzos que se han hecho en la última década para lograr que los jóvenes reciban una educación de calidad sean tirados por la borda. Además, no se debe olvidar que, detrás de las universidades no licenciadas, no solamente hay una educación que no brindará verdaderas oportunidades a los estudiantes cuando salgan al mercado laboral, sino que muchas de estas universidades son propiedad de personajes con serios cuestionamientos.

Este proyecto propone un “plan de emergencia para el cumplimiento de las condiciones básicas de calidad de las universidades privadas asociativas con licencia institucional denegada”, así como también la “ley que crea el régimen de protección educativa en las universidades públicas y privadas con licencia denegada”.

En síntesis, no es más que un intento burdo de mantener a flote instituciones con sistemas educativos que perjudican a los jóvenes.

El Congreso ya llevó adelante una contrarreforma que permitió que las universidades vuelvan a tener control sobre la institución que las regula (Sunedu). Si se aprueba la nueva ley, será la estocada final para la reforma se puede continuar jugando con el futuro de millones de estudiantes. Lo que se necesita es mantener la reforma universitaria, que definitivamente puede no ser perfecta, pero que, aun así, ha significado un progreso incuestionable en materia de calidad universitaria.

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