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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Como era previsible, el affaire Belaunde Lossio había llegado para quedarse y cada día complica más al gobierno. Ingenuos, ellos, creyeron que con un par de cortinas de humo y cortando cabezas de personas con vinculación marginal al tema se podía controlar este asunto.

Todo lo contrario: Belaunde Lossio sigue dominando la política nacional y las revelaciones son cada vez más comprometedoras. Sabemos ahora que no solo estuvo vinculado en la campaña del 2006, sino también en la del 2011, y que sus tentáculos no solo llegaron a Áncash, sino también a Junín y Madre de Dios.

Sabemos por la ONPE que Juan Carlos Rivera Ydrogo, ex gerente general de la empresa española Antalsis, que tan buenos negocios ha hecho desde que empezó este gobierno, donó US$75,000 a aquella campaña y que los familiares cercanísimos de este personaje entregaron –según la misma fuente oficial– nada menos que S/.692,500. Se ha difundido otra información, también muy inquietante, sobre que Rivera Idrogo mantuvo una relación de coordinación con Nadine Heredia en esa campaña. Todo esto se suma a los favores económicos que le hizo Belaunde Lossio a Heredia en años previos y que se parecen tanto al lavado de activos como para no alarmarnos.

Las llamas de este incendio llegan cada vez más arriba. ¿Cómo ha reaccionado la pareja presidencial? Con el silencio. No dan explicaciones, como si el paso de los días no fuese sino a agravar más este problema. Con nadie al mando arriba, a nivel de los mandos intermedios (Isla, Jara, etc.) comienza a haber contradicciones importantes.

¿Dónde puede terminar esto? A estas alturas nadie lo sabe, pero el asunto es altamente combustible. Solo cabe desear que quienes nos gobiernan puedan ofrecer explicaciones claras y contundentes que desbaraten estos indicios de corrupción para que el país recobre tranquilidad y podamos navegar hacia el 2016 sin sobresaltos.