Las cosas como son: PPK, Thorne y Giuffra. (USI)
Las cosas como son: PPK, Thorne y Giuffra. (USI)

Es saludable que el presidente Vizcarra haya entendido que el fujimorismo no es su aliado. Y reconocer sus reuniones con Keiko Fujimori apareciendo en televisión al día siguiente.

Nadie podría criticarle tampoco que haya recuperado comunicación con la bancada de PpK. Y que se muestre firme en la defensa de las reformas que ha propuesto así como en la convocatoria a un referéndum.

Si algo no debería permitir, sin embargo, es que altos funcionarios del gobierno que se inauguró el 28 de julio de 2016 pero que concluyó menos de dos años después lo utilicen para enjuagar su afectada imagen, por decir lo menos.

Es obvio que nos referimos al propio ex presidente Kuczynski y a los ex ministros Alfredo Thorne y Bruno Giuffra.

No está bien que PPK asocie sus conflictos de intereses con Odebrecht o los negociados de obras por votos con los congresistas Avengers a la guerra que le ha declarado a Vizcarra la bancada naranja. De igual forma que Thorne y el ex ministro “clonable” aparezcan ahora como las pobres víctimas de una emboscada o persecución política. El primero por las explicaciones que nos debe por casos como Chinchero y el retroceso de la economía durante su gestión, y el segundo por su participación directa y entusiasta en las conversaciones con los amigos de Kenji.

No son ni blancas palomas ni débiles mentales ni novatos para que nos creamos el cuento. Si cometieron faltas o delitos, eso está por verse, aunque les asiste el derecho al debido proceso. Pero de ahí a colgarse del buen momento del actual mandatario hay una gran distancia. No es ético sino oportunista, irresponsable, pero, por encima de todo, antipatriótico.