Hoy sucede todo lo contrario: queremos recuperar nuestros espacios públicos, reconquistarlos, tomarlos y ocuparlos todo el tiempo, para siempre. Pero aún falta mucho para hacerlo y falta más para recuperar la confianza en la vida que un virus nos ha arrebatado. Sin embargo, la transformación que se nos plantea es revolucionaria, pues significa el replanteamiento de lo que, hasta hace unos días era nuestra vida normal. Así, si esta vuelta a la unidad de nuestro hogar se hace permanente, la configuración espacial del territorio que ocupamos también cambiará.