/getHTML/media/1234452
Junta de Fiscales Supremo se pronuncia contra ley PL del Congreso
/getHTML/media/1234409
Lucio Castro: "Si no aumentan el presupuesto para Educación pediremos la renuncia del Ministro"
/getHTML/media/1234351
Top 5 restaurantes favoritos de Laura Graner en el Jirón Domeyer en Ciudad de Cuentos
/getHTML/media/1234411
¿Qué esta pasando con el fundador de Telegram, Pavel Durov?
/getHTML/media/1234257
Jorge Zapata de Capeco sobre creación del Ministerio de Infraestructura: "El Gobierno da palazos de ciego"
/getHTML/media/1234214
Alfredo Thorne sobre Petroperú: "Tienen que concesionar lo que le queda"
/getHTML/media/1234250
Nancy Arellano sobre Venezuela: "10 millones de venezolanos migrarían si Maduro continúa"
/getHTML/media/1234107
Abogado de agente 'culebra': "A mi cliente lo tienen trabajando en una comisaría"
/getHTML/media/1234108
Luis Villasana sobre Venezuela: "La presión internacional hará salir a Nicolás Maduro"
/getHTML/media/1234101
¿Quién tiene más poder en el país el Congreso o Dina Boluarte?
/getHTML/media/1233971
Peruanos pagaremos 120 soles mil soles por la defensa legal del ministro del Interior Juan José Santiváñez
/getHTML/media/1234112
El Banco de Crédito abrió su convocatoria al programa Becas BCP
/getHTML/media/1233958
Carlos Basombrío: "Dina Boluarte tiene un ministro a su medida"
/getHTML/media/1233955
Catalina Niño de Grupo OMG: ¿Cómo es el consumidor peruano?
/getHTML/media/1233583
¿Cuál es el superhéroe favorito de los peruanos? en Ciudadanos y Consumidores
/getHTML/media/1233584
Premios SUMMUM: Patricia Rojas revela nueva categoría
/getHTML/media/1233332
Futuro de Nicanor Boluarte en suspenso
PUBLICIDAD

El club obligatorio

Cada día, ser ético se vuelve un factor de competencia más importante entre las empresas serias. Solo se necesita romper el monopolio.

Imagen
Fecha Actualización
¿Qué pensaría de una ley que dijera que es obligatorio convertirse en socio del club Regatas? Y obligatorio con todo: pagar la inscripción y mensualidades, cumplir con las reglas para asociarse, someterse a sus reglamentos, etc.
Suena contrario al sentido común e inconstitucional: por qué obligarnos a afiliarnos a un club si no nos interesa.
Un gremio es como un club. Uno se asocia si quiere y si no quiere, no. Usualmente un gremio tiene por finalidad defender a sus agremiados. Si usted valora esa defensa, se hace socio. Si no, lo deja pasar.
Pero hay un tipo de gremio, club o como quiera llamarlo, que no funciona así: los colegios de abogados. Por una razón, no muy clara, la Constitución autoriza a que, por ley, si uno quiere ejercer la profesión de abogado, tiene que ser miembro de ese club.
Miremos al Colegio de Abogados de Lima (CAL): un club que pretende (sin mucho éxito) defender a sus agremiados. Tiene un club de campo (comprado con fondos de los clientes de los abogados), un local donde reunirse, organiza actividades sociales y académicas. ¿Por qué nos obligan a agremiarnos?
Tiene un lamentable historial de abuso del poder que le da la colegiación obligatoria. Hace pocos días, el Indecopi declaró ilegal que se cobre y se brinden cursos “forenses” para incorporarse al colegio, una actividad para esquilmar a los recién graduados por medio de cobros altos por cursos mamarrachentos que solo servían para confundir a los alumnos. A ello se suman la creación de papeletas de habilitación, tablas de honorarios mínimos (un cartel disfrazado de gremio), cobros excesivos por ceremonias de incorporación, entre otras perlas.
¿Por qué entonces la ley nos obliga a afiliarnos a un club que nos pide tanto y nos da tan poco? Solo hay una posible (y dudosa) explicación: se le quiere asignar al colegio algún tipo de función pública. ¿Y cuál puede ser esa función? Solo surge una respuesta: la vigilancia ética de los agremiados. El Estado delega esa función a un ente “privado” y para poder ejercerla obliga a que nos sometamos a ese ente.
¿Cree usted que el CAL cumple ese rol? Evidentemente no. Los abogados son considerados poco éticos, están mezclados en escándalos de corrupción y el CAL no hace nada.
Pero la ética puede ser un factor de competencia. Cada vez es más común (en especial en estos tiempos) que muchas empresas buscan asegurar que sus abogados respeten reglas de ejercicio profesional responsable. Ser ético no solo es correcto. La ética paga porque hay empresas dispuestas a pagar por abogados correctos. Ninguna empresa, sin embargo, ve al CAL como una garantía de nada.
Pero podemos pensar en colegios de abogados alternativos (por ejemplo la Barra de Abogados de Lima) que ofrezcan una acreditación de que sus agremiados cumplen ciertas reglas y estándares y sancionan a quienes no las cumplen. Competirían, con éxito, con el CAL en ofrecer prestigio y seguridad ética. Ayudarían a los abogados y estudios a crear su propia marca de prestigio. Solo se requiere asegurar que los abogados puedan optar y elegir el colegio que les parezca.