Claudia Cooper: Bajar la tasa de interés del BCR: ¿Para qué?

El Frente Amplio tiene como una de las políticas económicas de su plan de gobierno reducir la tasa de interés de referencia. Dejando de lado las dificultades constitucionales, esta política es más complicada que la simple emisión de una norma. Y es que, dado el desarrollo del sistema financiero global (y consecuentemente también el local), los mecanismos de transmisión monetaria son cada vez más complejos. Hoy en día, la tasa de referencia es cada vez más una meta operativa que una meta intermedia, siendo su rol principal constituir una señal para los agentes económicos y no un mecanismo directo de reducción del costo del crédito.

Así, una reducción en la tasa de interés tendrá como efecto inmediato la recomposición de portafolios en beneficio de la moneda extranjera, lo que generará devaluación y para estabilizar el tipo de cambio, habrá que emitir soles para atender la creciente demanda por dólares, generando devaluación e inflación. Ambas variables presionarán el alza de las tasas de interés en soles, afectando, sobre todo, el financiamiento de la inversión y de los créditos a Mipymes.

En conclusión, el efecto sobre la actividad es inverso al objetivo de reactivar, lo que seguramente seducirá a la aplicación de controles al tipo de cambio, a la tenencia de dólares, y al incremento de precios y de las tasas de interés.

La economía es una ciencia social en la que las decisiones de millones de ciudadanos determinan los equilibrios macroeconómicos. Más aún, en un mundo globalizado como el actual, la información en la que se basan esas decisiones constituye una gigantesca marea a la que solo es posible guiar en pequeñas dosis, a través de una regulación eficiente y sobre todo credibilidad.

Pretender establecer controles a esas decisiones solo lleva a una serie infinita de controles, lo que no es posible en una democracia, y aun sin ella (como se ha demostrado en todos los casos) desencadena en fracaso.