El larguísimo discurso a la nación de la presidenta Dina Boluarte no ha sido suficiente para iniciar un proceso de reconciliación y paz, señala la columnista. . Foto: Presidencia
El larguísimo discurso a la nación de la presidenta Dina Boluarte no ha sido suficiente para iniciar un proceso de reconciliación y paz, señala la columnista. . Foto: Presidencia

El larguísimo discurso a la nación de la presidenta Dina Boluarte no ha sido suficiente para iniciar un proceso de reconciliación y paz. Por más que se hayan asignado compensaciones a los deudos de los asesinados durante las protestas contra su gobierno, sus disculpas no solo suenan falsas, sino que pecan de tardías.

En cuanto a vivienda, la solución se centró —como es usual hace décadas— en la titulación; no hay una propuesta de reforma de fondo para la provisión de vivienda social. En transporte, además de los anuncios de construcción de puentes y carreteras, también se mencionó el destrabe de las obras de la Línea 2 del Metro de Lima. Lamentablemente, también se anunció la culminación de la Vía Expresa Santa Rosa en el Callao. Una infraestructura que busca reducir el tiempo de viaje entre el aeropuerto y Miraflores, destruyendo el barrio y la arbolada avenida y evitando así que el Callao pueda impulsar su desarrollo urbano.

Esto contrasta con el anuncio del PL para la creación del fideicomiso de titulización para el desarrollo de la movilidad urbana en Lima y Callao, que se supone servirá para obtener los recursos económicos para la ejecución de proyectos de movilidad urbana. La incoherencia es enorme, pues justamente el proyecto de la Vía Expresa Santa Rosa promueve la movilidad insostenible.

En el mensaje a la nación, a pesar de que se dedican varias páginas a las emergencias climáticas como los efectos del ciclón Yaku y el fenómeno de El Niño, solo hay una mención al cambio climático. Y esta mención ni siquiera está vinculada a una propuesta, sino solo a su reconocimiento como una amenaza global. Sorprende, en los tiempos que vivimos actualmente, el desinterés en atender esta emergencia climática con seriedad.

Además del maltrato a la vida, el desprecio a la protesta y la ceguera frente a la insatisfacción, el gobierno de Boluarte trabaja en un modelo “business as usual” sin mayores intenciones de hacer más que lo mínimo en beneficio del país. No esperábamos más.