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[OPINIÓN] Mariana Alegre: “Lima, la ciudad en la que está prohibido ser feliz”
El alcalde salió a aclarar que las actividades no estaban prohibidas sino que solo estaba declarando intangible el monumento.
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Parece que varios municipios están compitiendo por llevarse el premio de quién “corretea” a más ciudadanos, pero el que va ganando es el alcalde Canales, quien anunció la intangibilidad del parque Grau para destinarlo solo a conmemoraciones militares en desmedro de los muchos ciudadanos que usan ese parque para pasear, hacer deporte, llevar a sus perros, jugar con sus hijos, bailar e incluso practicar soft combat (un juego deportivo en el que se usan espadas, sables y escudos de goma, y se simulan batallas medievales).
Cuando serenos y fiscalizadores expulsaban a bailarines de k-pop, perseguían señoras con sus perritos, intervenían a papás jugando con sus hijos, interrumpían a un joven haciendo planchas, ponían multas (mal sustentadas, claro) a corredores por “comercio ambulatorio” (?) y hasta sacudían a personas haciendo yoga o meditando para “prevenirlos porque los pueden robar” (inserte aquí las risas), los chicos y chicas del soft combat se resistieron. Se opusieron a ser retirados y ser arrimados. Se enfrentaron con firmeza pero educación a la patanería y bravuconada. ¡Viva la desobediencia urbana! Por ello, a la alcaldía no le quedó otra que “inventarse” una declaratoria de intangibilidad.
Por supuesto, las personas inteligentes se rebelan ante la tontería y los vecinos y vecinas convocaron al #GrauFest invitando a usar el espacio público y a combatir las prácticas conservadoras y medievales que esta gestión busca implantar. No es gratuito que a su partido lo hayan rebautizado como Renovación Medieval.
Ante las quejas y reclamos, raudo el alcalde salió a aclarar que las actividades no estaban prohibidas sino que solo estaba declarando intangible el monumento (?) y que reconocía que era un mal comunicador. En modo control de daños convocaron —solo con un día de anticipación— a feriantes para hacer una feria justo en el parque en disputa para hacer la pantomima de que el espacio público es libre y para disuadir a la congregación ciudadana.
Resulta absurdo que en una ciudad en la que el principal problema es la inseguridad ciudadana y en la que más del 70% de encuestados así lo indica (encuesta LCV 2023), la Municipalidad de Miraflores prefiera poner a sus serenos y fiscalizadores a corretear a niños que juegan fútbol en lugar de luchar con inteligencia (y sin xenofobia) contra la inseguridad. ¡Feliz aniversario, Lima! La ciudad en la que está prohibido ser feliz.
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