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Christian Saurré: La música de hoy
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Para enseñar a hacer arte se necesita personal con tolerancia a la frustración. Muchos aspirantes a músicos profesionales aún no entienden la magnitud de ese deseo y, por eso, muchos de los ahora maestros de música que enseñan en escuelas especializadas se topan con millones de obstáculos para dejarse entender. La música no se escoge como una carrera común y corriente. Alguien decide ser médico, abogado o periodista porque le gusta todo lo relacionado con su carrera, le atrae y lo disfruta, pero, ¿a quién no le gusta la música?, ¿qué persona no escogería la carrera de músico, entonces? Seamos sinceros, todos hemos pensado alguna vez que ser músico debe ser fácil y genial. Pues sí, lo es, pero después de muchos años de estudio y ensayo.
Pero, ¿qué tan mal visto pudo haber sido estudiar música antes? Hoy, por lo menos, escoger ser músico profesional es sinónimo de liberación y entrega a un idealismo con sustento. Antes, cuando decías que querías ser músico, todos los padres, de todas las novias o novios que tenías, corrían con sus hijos casi en los brazos para evitar que caigan en manos de un futuro desempleado. Hoy se abren cada vez más escuelas y facultades de música.
Ayer estuve con Ricardo Liniers en una entrevista y me lanzó una verdad a la cara. "Todos queríamos ser músicos", dijo el caricaturista más musical que conozco. No me consta que ser músico sea una carrera reprimida en todas las personas de este planeta. De lo que estoy seguro es que muy pocas personas hayan querido estudiar música.
Un par de años atrás, cuando abandoné temporalmente mis deseos de estudiar música en el Conservatorio Nacional, empezó mi verdadero deseo por algo que otra vez veía lejano, la música se iba alejando de mi vida. Hoy trato de evitarlo a toda costa, por eso sigo tocando el piano o la guitarra en bares después de salir del trabajo.
(christian.saurre@peru21.com)
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