El aeropuerto de Chinchero entra a una etapa decisiva. Hace unos días se anunció el país que desarrollará el proyecto. El MTC hizo una rigurosa evaluación de las propuestas recibidas de Corea del Sur, Canadá, España, Francia (que tienen aeropuertos de primerísimo nivel). La seleccionada fue Corea del Sur, que será responsable de manejar el proceso hasta entregar las obras 100% culminadas. Vale decir, no es concesión. Se eligió trabajar de gobierno a gobierno para garantizar altos estándares de cumplimiento, eficiencia y transparencia. Es una modalidad probada, que se empleó con los Panamericanos, donde Inglaterra fue el encargado y cumplió de forma óptima y eficaz.

Es un megaproyecto (de los pocos en cartera) que abrirá una era de crecimiento económico para Cusco. Pero con la expectativa, surge la desinformación. Seamos serios, si vamos a criticar, que sea con veracidad. Y si identificamos aspectos que, de manera real, preocupan, seamos constructivos y exijamos que se resuelvan. Pongamos retos, no trabas.

Es momento de unirnos para que el aeropuerto cumpla todos los estándares. Que sea 100% ecológico. Que se preserve la integridad del entorno. Que haya ordenamiento de la zona y óptima conectividad, minimizando la congestión. Veamos Chinchero como la oportunidad de tener un megaproyecto que sea visto por el mundo como referente de calidad, profesionalismo y sostenibilidad. ¡Claro que se puede!

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