Incluso, si vemos tanto el sector portuario como el mercado de combustibles, el Perú hoy es absolutamente otro comparado al estancamiento de la época de Velasco. Lo sorprendente es que nadie le está pidiendo estatismo al presidente, al contrario, lo que la gente quiere es más competencia para que los precios sigan bajando. Pero en lugar de ello vamos camino a monopolios estatales donde la escasez y el racionamiento estarían asegurados. Claramente hay un sesgo ideológico; no hay otra forma de explicarlo.