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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

Pasadas las pasiones de la elección de ayer, tenemos casi dos meses antes de la segunda vuelta. Tiempo que podemos invertir en seguir con los insultos, destapes y psicosociales, o en discutir los asuntos centrales necesarios para seguir en una senda democrática y de desarrollo.

Hay temas y asuntos de todo calibre que merecen debate. Pero, después de lo visto en esta primera vuelta, lo central es discutir la reforma electoral, en realidad la reforma institucional y política que urge para que nuestra frágil democracia no siga debilitándose, sino todo lo contrario.

Hay propuestas por donde comenzar. Están las que presentaron los organismos electorales (que no se parecen en nada a lo que se aprobó el Congreso), las 32 propuestas que presentó la Asociación Civil Transparencia en diciembre pasado y muchas que han surgido durante este accidentado proceso electoral.

No perdamos este valioso momento, en el que los partidos en contienda querrán convencernos de que son la mejor opción, para exigirles un compromiso con las reformas institucionales, políticas y electorales. Hay que lograr que, gane quien gane, tengamos el compromiso de que la reforma institucional –política y electoral– será un tema a atender en el primer año de gobierno.