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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

En uno de sus tuits, Alan García dijo que, pese a que Obama también ha indultado a presos por narcotráfico, no se le sindica como corrupto. ¿Injusticia? Contextualicemos. Obama va a pasar a la historia como uno de los grandes presidentes de los Estados Unidos. En lo interno, por la recuperación económica, la reforma de la salud, los avances en reforma migratoria, su apoyo a la causa de las minorías sexuales y, más recientemente, el inicio de una reforma penal.

Es que EE.UU., con más de dos millones de personas en prisión, tiene la tasa más alta de encarcelamiento del planeta. Mucha gente condenada a largas penas por consumo de drogas o delitos no violentos. Sin duda, hay ahí algo que trasciende lo delictivo y tiene que ver con lo social y con la política antidroga. Obama pone en discusión un problema complejo que requiere una revisión seria, que no va a poder más que iniciarse en lo que le queda de su periodo. En ese contexto, indultó a 46 reos no violentos y visitó una prisión federal para dar fuerza al mensaje que quería transmitir.

¿Qué parecido puede haber con lo que hizo García en los llamados 'narcoindultos'? Ninguno. Para empezar, lo de García fue virtualmente clandestino. Conmutó penas a más de 5,500 presos (¡3,500 por tráfico de drogas!) de una población penal de menos de 50 mil personas. Su persona de confianza para los indultos, Facundo Chinguel, está preso y la Fiscalía pide 17 años de prisión. Si García no ha sido acusado en el Congreso, ha sido porque logró que el Poder Judicial lo excluyese por temas de forma (o sea, lo que quiere hacer Nadine).

¿Cómo comparar el esfuerzo de Obama por repensar la política penal de su país con oscuras decisiones sobre las que hay sospecha fundada de corrupción?

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