De la Fiscalía y la lucha anticorrupción

A pesar de nuestra debilidad institucional y de la resistencia de intereses creados, en los últimos años hemos visto intentos aislados, de un grupo de fiscales, por combatir la corrupción en las altas esferas del poder.

Sin embargo, hay algunas decisiones del Equipo Especial Lava Jato que podrían restarle legitimidad a su trabajo. No soy penalista pero tengo comentarios y dudas que quizás compartan:

- A mi parecer, el pedido de prisión preventiva se ha convertido en parte del manual obligatorio de la Fiscalía, en la regla antes que la excepción. Es, pues, una suerte de pena anticipada que ha liquidado toda presunción de inocencia.

- En el caso de Vizcarra (al cierre de esta columna la jueza no se había pronunciado sobre el pedido de prisión preventiva en su contra), es claro que, al postular al Congreso, está buscando impunidad. Apariencia de delito claramente hay y, al parecer, también habría intención de obstaculizar la justicia. ¿Habrá peligro de fuga? Es la jueza quien tendrá que ponderar si se cumplen dichos requisitos, así como el de proporcionalidad.

- En el caso de Fujimori, la acusación debió presentarse antes y no en plena campaña. Esto abre espacio para la suspicacia.

- Fuerza Popular habría tenido un mal manejo de los recursos de campaña y habría obstruido la acción de la justicia (chats La Botica), pero que sea una organización criminal es otra cosa. Para que lo sea debe haberse creado con el fin de delinquir y tiene que haber disposición permanente para hacerlo. Nuevamente, es el juez el que tendrá que ponderar pero, en principio, parece inverosímil que se configure dicho delito.

- Si se va pedir prisión preventiva por 36 meses, la Fiscalía debería presentar las acusaciones cuanto antes y no tomarse los tres años.

- Hay que aplaudir los avances en la lucha anticorrupción pero hay que tener cuidado con politizar la justicia, el riesgo es que se desprestigie el trabajo ya avanzado.