Billetera perdida. (Getty)
Billetera perdida. (Getty)

La semana pasada, la prestigiosa revista Science publicó un estudio desarrollado por economistas especializados en conducta humana que buscaba examinar cómo los incentivos económicos influyen en la honestidad de la gente. Para hacerlo, “perdieron” más de 17,300 billeteras en 355 ciudades en 40 países del mundo. En las billeteras había una tarjeta de presentación con el nombre y correo electrónico del dueño, una llave y, solo en algunas de ellas, algo de dinero en moneda local equivalente a entre 13 y 93 dólares.

Los resultados arrojaron, sorprendentemente, que en casi todos los países la gente está más dispuesta a buscar al dueño de la billetera si hay dinero en ella. Mientras más dinero, más dispuestos a devolverla, salvo en dos países de los 40 estudiados: México y Perú. En ambos países, si la billetera tiene dinero, es menos probable que el que la encontró busque al dueño para regresársela.

¿Y si la billetera no tiene dinero? En Perú da lo mismo. En menos del 15% de los casos los peruanos la devolvieron. De los 40 países estudiados, solo en China y Marruecos están menos dispuestos a devolver una billetera perdida que en el Perú. En Latinoamérica nadie nos gana. Si existe un patrón global de honestidad, parece que estamos fuera de él.

Según el estudio, existe una correlación entre billeteras devueltas y desarrollo democrático, pero también entre educación, honestidad y sentido de la solidaridad. Los países en los que los ciudadanos sienten que son parte de la toma de decisiones parecen tener más honestidad cívica. Todos factores de los que adolece el Perú. ¿Sorprende que estemos en la cola de ese ranking?

Esta desconfianza tiene consecuencias enormes en la vida diaria de la gente. ¿Cómo trazar un proyecto de vida en una realidad así?