Ariel Segal: Cuando “errar” es inhumano
Ariel Segal: Cuando “errar” es inhumano

Redacción PERÚ21

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Según la Agencia para Refugiados de la ONU (Acnur), el número de población desplazada por guerras civiles, hambrunas, persecución étnica, religiosa o política, etc. ha sobrepasado al aproximado de 50 millones de la II Guerra Mundial.

A lo largo de la historia siempre hubo refugiados, por ejemplo, los millones después de la post-guerra a raíz de la fragmentación de la India-Pakistán-Bangladesh; la división de Corea; las guerras de Indochina (Vietnam, Camboya, Laos); la descolonización y dictaduras genocidas de África; los conflictos de medio oriente, etc. La periodista Alicia Freilich en un artículo publicado en 1979, Un planeta de refugiados, expresa "exilio y refugio constituyen sinónimo de huida, expulsión, ruptura, errancia y sufrimiento. La cruel actualidad universal está señalando que esas traslaciones, casi o totalmente forzadas, hacia nuevos puntos de residencia, conllevan profundos traumas, conflictos y desencuentros para refugiados y receptores".

Si ese artículo escrito por mi madre hace más de 25 años indicaba una situación dramática advirtiendo que los países desarrollados debían buscar soluciones para lidiar con la crisis de refugiados de ese entonces, no es de extrañar que la cifra de errantes sin hogar sea hoy exorbitante, tras la apertura de La Cortina de Hierro de la Guerra Fría, que bloqueaba el cruce de europeos orientales hacia el Oeste, y mantenía a dictaduras pro soviéticas y pro americanas con férreo control de sus poblaciones. A esto se suma la globalización del terrorismo, narcotráfico, mafias, islamismo radical y una economía depredadora que obliga a millones de víctimas a buscar refugio.

Dejar errar a desamparados por las fallas de las grandes potencias, más que errado, es inhumano.