Vania Masías y su elenco. "Demuestra quiénes son y dónde están los exitosos", señala el columnista.
Vania Masías y su elenco. "Demuestra quiénes son y dónde están los exitosos", señala el columnista.

Tendría que ser el castellano más grande para expresar el enojo, la rabia y la decepción gigantescos que siento por este y los anteriores gobiernos del Perú. Entonces, muy desde el fondo de mi conciencia, pido perdón por haber votado por PPK en las últimas elecciones, reconociendo que la corrupción es la tendencia o perversión de las personas que eventualmente ejercen el poder, sin antídoto.

¿Pero, entonces, qué hacemos? Busquemos al candidato menos contaminado, el que tenga más anticuerpos, el que esté constituido de más canales que hagan fluir el poder, el que tenga más bombas en su corazón para desbloquear los estanques y aniegos del poder. Pero, ¿cómo saber eso? Eso también fluye: empieza por ti, entrégate a un shock de oxitocinas que reforme tus vínculos emocionales con tu país y contigo. Hay muy buenos ejemplos de eso en el Perú, en varias personas vivas, queridas y admirables.

Nominados a la categoría “Amor propio y a la patria” están Jaime Yzaga, a quien sobró y sobra entereza y disciplina, así como ilusión por el Perú; Vania Masías, la partera de lo mejor guardado en los corazones de los menos favorecidos, que rechaza la victimización y demuestra quiénes son y dónde están los exitosos; Karin Abensur, pescadora de peces y mujeres que les puso una buena marinera a su vida y a la vida de sus fileteadoras; y los Defensores de la Inversión entregados en sus videos, abriendo sus ojos de asombro por lo que nuestro país puede dar o hacer. Sé cómo lo hacen, sus corazones y empuje los convierten en tenis, danza, escuela, decencia y comunicación.

Busquemos el éxito y amor propios. Ellos destruyen el odio, la envidia y la corrupción, y son antídotos para los estancamientos del poder en la mente.