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Redacción PERÚ21

redaccionp21@peru21.pe

La política es igual en todos lados del planeta: ya le metieron un tremendo torpedo al ex presidente Sebastián Piñera en Chile en cuanto este apareció en las encuestas como el más posible reemplazante de Bachelet, sin ningún rival de fuste al frente. A Piñera se le acusa de haber invertido en Exalmar, una pesquera peruana, siendo presidente y en pleno conflicto limítrofe con nuestro país por el mar. Claro, sus acusadores olvidan que en ese lejano pedazo de mar ganado por Perú no se puede pescar anchoveta y que la inversión la hizo el "fideicomiso ciego" que administraba su dinero mientras era presidente, algo de lo que él no tenía por qué estar informado, porque se supone que él debía estar totalmente alejado del manejo de su fortuna. Sin embargo, ya la izquierda local agarró el caso y agitar la bandera siempre es potente en la política sudamericana. ¡Aquí hubiera funcionado de maravillas algo similar! ¡Imagínense a Yonhy Lescano o a Dammert con un PPK, o quien sea, que hubiese metido plata en una pesquera chilena durante ese contencioso (si hubiesen sido Siomi o Mohme, no pasaba nada, porque son empresarios de izquierda)! Todo es de una demagogia suprema y muy tercermundista, pero dudo mucho que Piñera salga indemne y siga siendo un candidato viable.

Hunden a Piñera con esta denuncia y Chile queda listo para que un outsider de cualquier color político sea el vencedor en la próxima elección, dado que toda la clase política local está muy desprestigiada por casos masivos de corrupción que han salpicado a todos. Ya un comunista clásico (Jorge Sharp) acaba de ganar la alcaldía de Valparaíso…

De todas formas, no voy a echar una lágrima por Piñera, aquel politiquero que por gusto creó la provocadora historia del "triángulo terrestre" cuando perdió el litigio en Perú en La Haya.