DIEGO ATO
En Perú, los peligros que se pueden prevenir, pero que se siguen sufriendo por la incapacidad de sus autoridades son el pan de cada día. Con las personas que nos gobiernan, que elegimos o nos tocan, parece que de pura casualidad seguimos viviendo. Ya se ha informado a nivel nacional sobre la crisis hídrica en Piura, pero aún no hemos reaccionado e indignado lo suficiente frente a este problema que deja en peligro el bienestar de la población piurana.
Antonio Mabres, docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Piura (Udep), escribió en el diario local El Tiempo que el reservorio de Poechos había llegado al límite más bajo de agua en sus 50 años. Y opinaba que urgía un análisis detenido de cada opción que pueda prolongar la vida del reservorio, así como de trabajar en ellas en paralelo: “dragar, retirar el sedimento de diversas formas, o elevar la represa. (…) construir unos reservorios satélites (…)”.
Pero las épocas de sequías que afectan los niveles de agua en Piura no son una situación nueva. Al igual que con las inundaciones, cuando las lluvias azotan la región, este es otro gran problema al que el terrible desempeño de las autoridades piuranas y nacionales, gobierno a gobierno, no ha podido dar ningún tipo de solución. No hay que descubrir nada nuevo, sino el avanzar con las alternativas que ya existen para mejorar la gestión de un servicio básico, de un recurso vital.
Debido a que las comunicaciones sobre la cantidad de agua en la región han sido confusas y contradictorias, se ha generado, además, una desconfianza de lo que está pasando con este recurso. Ayer, el periodista piurano Carlos Chunga escribió en El Comercio que en la primera información que dio el Proyecto Chira-Piura (Pechp), entidad encargada de medir la cantidad de agua y sedimento en el reservorio de Poechos, se mencionaba que había noventa y seis millones de metros cúbicos. Al siguiente día se informó el dato de catorce millones y que en comunicado reciente, que ya fue borrado, se mencionó cuarenta y cinco millones.
La versión oficial es que se está priorizando el suministro del agua para el uso poblacional, aunque en realidad hay dudas de cómo se está administrando. Como informó Cuarto Poder en su última emisión, los afectados también son más de ochenta mil agricultores de la región quienes tienen pérdidas económicas y no saben cómo pagar préstamos que hicieron para sus campañas.
Quienes residen en Piura están a merced de autoridades que pareciera que ni siquiera han tenido una idea o interés mínimo de hallar una solución a largo plazo a los principales problemas que les afectan. Están a merced de la ineficiencia, la corrupción, de un Gobierno más preocupado por señalar a personas que supuestamente traicionan a la patria, pero también a merced de su poca indignación para exigir, para reclamar, para protestar. Es necesario despertar el espíritu cívico y las ganas de no aceptar lo mínimo de quienes gobiernan.