En los últimos días, el régimen del dictador Nicolás Maduro volvió a desenfundar sus puños de hierro y desató un nuevo capítulo de represión contra los civiles y opositores que se encuentran en contra de su reelección en Venezuela.
Como se recuerda, el lunes 29 de julio estallaron las violentas protestas tras la cuestionada reelección de Nicolás Maduro. La policía usó gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar movilizaciones.
Ante ello, la ONG Foro Penal reportó el primer fallecido en el estado de Yaracuy (noroeste), y luego la Encuesta Nacional de Hospitales, una red que monitorea la crisis hospitalaria, informó de otros tres muertos y 44 heridos, la mayoría por arma de fuego. El ministerio de Defensa reportó que 23 efectivos militares también resultaron heridos.
Uno de los cuatro muertos podría ser un militar que falleció "a tiros" en el estado Aragua (centro), según el fiscal general, Tarek William Saab, que también anunció la detención de 749 personas tras el primer día de manifestaciones. Poco antes de la 1 de la tarde, se reportó que el número de fallecidos ascendió a 6.
Incluso, el dirigente opositor Freddy Superlano fue arrestado durante la mañana del martes 30 de julio en lo que la oposición ha llamado una "escalada represiva".
"Absoluta lealtad y apoyo incondicional"
La Fuerza Armada, principal sostén del gobierno, expresó su "absoluta lealtad y apoyo incondicional" a Maduro, dijo el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, que se unió a la tesis del golpe contra el gobierno.
"Actuaremos con contundencia en perfecta unión cívico-militar-policial para preservar el orden interno en todo el territorio nacional", afirmó en un mensaje televisado.
Maduro es "nuestro comandante en jefe, quien ha sido legítimamente reelecto por el poder popular y proclamado por el Poder Electoral para el período presidencial 2025-2031".
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