Adam Lanza y su padre, Peter Lanza. (The New Yorker)
Adam Lanza y su padre, Peter Lanza. (The New Yorker)

Redacción PERÚ21

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Adam Lanza, el joven autor de la masacre en una escuela de en 2012 que dejó 20 niños y seis adultos muertos estaba atormentado por varios problemas emocionales, incluida una obsesión con matar, dijo su padre en una entrevista publicada hoy.

Lanza, quien abrió fuego en diciembre de 2012 en la escuela de Newtown, Connecticut, utilizó un rifle de la colección de armas de su madre adquirida legalmente.

Su padre, Peter Lanza, dijo que su hijo era un joven inadaptado, con un diagnóstico de autismo, pero que evidentemente sufría de otros problemas emocionales severos.

"Era obvio que algo estaba mal", dijo Lanza a la revista en la primera entrevista que ofrece desde una de las peores masacres de la historia reciente de Estados Unidos.

El joven de 20 años asesinó a su madre antes de dirigirse a su antigua escuela, disparar contra los niños y maestros y quitarse la vida, en un crimen tan atroz que su padre dice que desearía que no hubiera nacido.

"Cambiaría de lugar con (los padres cuyos hijos murieron) si eso ayudara en algo", dijo.

Adam Lanza no mostraba una tendencia hacia la violencia, pero en su niñez se volvió cada vez más retraído y antisocial, recordó su padre.

Profesionales consultados a través de los años no detectaron los impulsos violentos de Adam, pese a que sus síntomas de inadaptación se pronunciaron con el paso del tiempo.

El padre enumeró los síntomas: "La incomodidad social, la ansiedad, incapacidad para dormir, estrés, falta de concentración, dificultad para aprender, su manera de caminar, falta de contacto visual".

"Se podía ver que estaban ocurriendo cambios", apuntó.

Desde temprana edad, sus padres observaron que Adam desarrollaba una fascinación con los asesinatos, pero profesionales consultados no observaron una relación directa con la propensión a la violencia.

Cuando llegó a la adolescencia, Adam editaba entradas de Wikipedia sobre infames asesinos en serie. En septiembre de 2010, rompió relaciones con el padre, que no volvió a tener contacto con él.

En retrospectiva, Peter Lanza dice que eso quizás le salvó la vida. "Sé que Adam me hubiera matado sin pensarlo, si hubiera tenido la oportunidad", afirmó.

Lanza dijo a la revista que desearía que su hijo nunca hubiera nacido. "No es algo natural, que un padre piense así de su hijo (…) pero es lo que siento", agregó.