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[OPINIÓN] Ariel Segal: “Yemen en tres partes (1)”

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Combatientes hutíes recién reclutados participan en una protesta contra las acciones de Estados Unidos y el Reino Unido contra los hutíes, en Saná, Yemen, el 1 de febrero de 2024 | Foto: EFE/EPA/YAHYA ARHAB
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La guerra civil en Yemen, que se inició en 2014, ha llevado al fortalecimiento de los Hutíes, una milicia que ahora bombardea y secuestra a embarcaciones comerciales en el mar Rojo, justificando sus acciones en el contexto de la guerra en Gaza. Yemen, ubicado al sur de Arabia Saudita, se encuentra actualmente dividido en tres áreas de influencia: el sur, bajo el control de las fuerzas leales al presidente reconocido por la ONU, Al-Hadi; otra zona tiene presencia de las milicias sunitas de Al Qaeda y el Estado Islámico; y el norte, está mayormente controlado por las guerrillas Hutíes.
Para comprender el conflicto yemení es crucial explorar la “guerra fría” en el Medio Oriente entre los regímenes de Irán y Arabia Saudita. Ambos países son potencias regionales con regímenes teocráticos, ejércitos bien equipados y vastos recursos petroleros. Esta “guerra fría” también tiene un componente teológico vinculado a las dos vertientes mayoritarias del Islam: la sunita, la que profesan más del 80% de musulmanes en el mundo, y la chiita, un aproximado del 10% de la población musulmana.
Luego de la muerte de Mahoma, en el siglo VII d.C., surge una rivalidad entre dos grupos de seguidores del profeta fundador del Islam que se atribuían el derecho a gobernar el califato o imperio: los sunitas y los chiitas. Lo que comenzó como una lucha dinástica y política, con el tiempo, se agudizó por diferencias entre ambas ramas islámicas en su interpretación del libro sagrado, el Corán, y esos conflictos se atenúan o acrecientan cada cierto tiempo. Hoy, grupos radicales sunitas como Al Qaeda, el Estado Islámico, etc., confrontan a otros extremistas chiitas como Hezbollah, Hutíes, etc., en los recientes conflictos internos de Iraq, Siria, El Líbano y Yemen, y aquí es donde se involucran los intereses hegemónicos de potencias sunitas como Turquía y Arabia Saudita, y la de Persia convertida al Islam en el siglo XVI d.C., Irán.
La próxima semana ahondaremos en la guerra civil yemení.