Cuatro días después de la caída de Bashar al Asad en una ofensiva liderada por islamistas, los nuevos dirigentes de Siria buscan tranquilizar a la comunidad internacional, entre ellos a Estados Unidos, cuyo secretario de Estado viajó el jueves a Jordania para pedir una transición «inclusiva».
Tras una operación relámpago de 11 días, una coalición de movimientos rebeldes dominada por el grupo sunita radical Hayat Tahrir al Sham (HTS) derrocó el domingo a Al Asad, que huyó a Rusia.
La comunidad internacional está preocupada por el trato que estos gobernantes puedan dar a las numerosas minorías que viven en Siria y varios países han pedido una gobierno «inclusivo».
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, llegó el jueves a Jordania para abordar la nueva situación en el país, arrasado y dividido tras 13 años de guerra.
Blinken «reiterará el apoyo de Estados Unidos a una transición inclusiva […] hacia un gobierno responsable y representativo», indicó el Departamento de Estado al anunciar el viaje del diplomático.
También insistirá en «la necesidad […] de respetar los derechos de las minorías, de facilitar la distribución de la ayuda humanitaria, de impedir que Siria sirva de base para el terrorismo o no constituya una amenaza para sus vecinos, y de vigilar que las reservas de armas químicas se mantengan seguras y sean destruidas en total seguridad», agregó.
El G7 de las principales potencias occidentales dijo precisamente que apoyará una «transición inclusiva» y exigió que el nuevo gobierno respete los derechos de las mujeres.
Para calmar estos temores, el primer ministro sirio, Mohamad al Bashir, nombrado hasta el 1 de marzo, quiso mostrarse tranquilizador.
«Garantizaremos los derechos de toda la población y de todas las confesiones en Siria«, prometió el dirigente, en una entrevista al diario italiano Corriere della Sera publicada el miércoles.
Bashir también instó a los millones de sirios en el exilio a volver para «reconstruir» el país, de mayoría árabe sunita, pero donde cohabitan numerosas comunidades étnicas y religiosas.
HTS asegura que rompió con el yihadismo, pero sigue en la lista de organizaciones «terroristas» de varios países occidentales, incluido Estados Unidos.
Este jueves, el nuevo poder hizo saber que va a congelar la Constitución y el Parlamento durante el período de transición, en principio de tres meses.
«Se formará un comité jurídico y de derechos humanos para examinar la Constitución e introducir enmiendas», explicó a AFP el portavoz de asuntos políticos de las nuevas autoridades sirias, Obaida Arnaut.
Con texto de AFP.
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