El terremoto en Turquía y Siria ya deja más de 11.000 muertos. (REUTERS).
El terremoto en Turquía y Siria ya deja más de 11.000 muertos. (REUTERS).

En , cada día surgen nuevas noticias tras la tragedia que enlutó al país. Además de las pérdidas humanas, aparecen nuevos detalles que ponen aún más en peligro a la vulnerable población.

Los doctores en la unidad de cuidados intensivos del hospital Ciudad de Adana explican que la mayoría de los bebés en su cargo están con sus padres desaparecidos, muertos o sin localizar, por lo que hay miles de niños de los que no se puede asegurar su identificación.

Millones de bebés, al faltar familia y datos, solo cargan con una etiqueta en su cama: “Anónima”.

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La doctora Nursah Keskin, en particular, habla de una pequeña bebé con ese nombre que se encuentra en cuidados intensivos. Tiene múltiples fracturas, un ojo negro y su rostro lleva cicatrices, pero milagrosamente sigue viva.

“Sabemos dónde la encontraron y cómo llegó aquí. Pero intentamos encontrar una dirección. La búsqueda continúa”, explica la doctora Keskin, pediatra y directora adjunta del hospital.

Varios niños acabaron siendo rescatados de edificios colapsado. La mayoría fue enviado a este hospital era el único todavía en pie, mientras que la gran mayoría en la zona acabaron destruidos.

Funcionaros de salud declararon que posiblemente había más de 260 niños heridos que ha sido imposible llegar a identificarlos. El número posiblemente podría escalar mientras se encuentran más heridos.

Se cree que muchos de los niños, a base del trauma obtenido en el terremoto, han perdido la capacidad del habla. Una niña, por ejemplo, que ha sido conectada a tubos intravenosos; no ha sido capaz de dar su nombre a los médicos.

“Solo contacto visual y gestos”, dice la doctora Ilknur Banlicesur, cirujana pediátrica. “Estos niños no pueden hablar a causa del trauma. Saben sus nombres. Una vez se estabilicen, en un par de días, podremos intentar hablar.”

Aunque los médicos han intentado relacionar a los niños con específicas direcciones, ha sido un plan nulo, puesto que muchas de estas direcciones solo llevan a ruinas. Mientras tanto, las redes sociales turcas han ayudado a su manera, mediante publicaciones, a que varios niños perdidos pudieran ser relocalizados al hospital.

Mientras tanto, varios familiares y funcionarios del Ministerio de Salud han estado viajando entre centros médicos para encontrar a estos niños.

La doctora Keskin perdió familiares en el terremoto. Ella y sus hijos pudieron salvarse al esconderse en el hospital.

“Estoy bien, tratando de estar bien porque los niños nos necesitan. Pero doy gracias a Dios porque tengo a mis hijos. No se me ocurre un mayor dolor para una madre que perder a su hijo”, comenta.

Aunque afortunadamente algunos niños se pudieron encontrar con su familia, otros siguen perdidos en el anonimato.

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