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Las residencias de ancianos se han convertido en el principal foco de fallecidos por COVID-19 en Europa
A falta de cifras oficiales, en muchos casos por la dificultad de obtener datos de los propios centros y en otros por la falta de transparencia, las estimaciones hablan de decenas de miles muertos en las residencias europeas
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A falta de cifras oficiales, en muchos casos por la dificultad de obtener datos de los propios centros y en otros por la falta de transparencia de las autoridades o por los retrasos en la contabilización de víctimas, las estimaciones de los medios hablan de decenas de miles muertos en las residencias europeas.
España (más de 188.000 casos y más de 19.000 fallecidos)
España es uno de los países con mayor número de personas fallecidas en residencias de ancianos: más de 11.600, si se suman las cifras facilitadas por distintas comunidades autónomas. Y cerca de la mitad, más de 5.300, murieron sin ser sometidas al test, por lo que no figuran en las estadísticas oficiales.
Solo en la región de Madrid, epicentro de la pandemia en España, las autoridades confirmaron 4.953 defunciones en residencias de mayores y centros para personas con discapacidad entre el 8 de marzo y el 15 de abril; 781 por coronavirus y 4.172 de personas con síntomas, aunque sin ser diagnosticadas.
En uno de los países con mayor esperanza de vida al nacer (una media de 83 años) y también más envejecidos del mundo, la epidemia mantiene un goteo diario de decenas de contagiados y muertos en estos centros, que la Fiscalía investiga en varios casos.
Las autoridades, que cerraron algunas residencias por falta de condiciones aceptables, tratan ahora de extender las pruebas de coronavirus a todas ellas.
Italia (más de 169.000 contagiados y más de 22.200 muertos)
En Italia, el país con más muertos de Europa por coronavirus y el segundo del mundo, lo que ha sucedido en las residencias de ancianos en las últimas semanas ha sido “una masacre”, según el director general adjunto de la Organización Mundial de la Salud, Ranieri Guerra.
El Instituto Superior de Sanidad italiano (ISS) informó hoy de que entre 6.000 y 7.000 ancianos fallecieron en residencias entre el 1 de febrero y este viernes, una cifra que dobla la que se barajaba hasta el momento.
De esos fallecidos, menos de 1.000 habían sido sometidos al test, pero el 40 por ciento tenían síntomas de la COVID-19, como tos y fiebre, explicó el INSS, tras dejar claro que se trata de cifras parciales y que siguen investigando. “Gran parte de las muertes se registraron en la segunda mitad de marzo, durante el pico de la infección en el país”, aclaró este viernes Graziano Onder, del INSS, en rueda de prensa.
Las autoridades italianas investigan más de 600 residencias de todo el territorio y han observado que el 17 % de ellas presenta irregularidades, como la de Pio Albergo Trivulzio, en Milán, en la que han muerto 150 ancianos con coronavirus de un total de 1.000 residentes.
Según dijeron a EFE fuentes del principal sindicato del país, CGIL, tanto para el ISS como para ellos está siendo muy complicado obtener datos, porque muchas residencias no quieren facilitar cifras y que por ello serán fundamentales la investigaciones policiales.
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Francia (más de 165.000 casos y casi 18.000 muertos)
De los casi 18.000 muertos en Francia por coronavirus, el número de fallecidos en residencias y centros de dependencia se eleva a los 6.860, aunque también se trata de cifras parciales, pues las autoridades sanitarias solo han recibido datos de unas 5.450 de las más de 7.000 existentes.
De hecho, resulta revelador que de los casos confirmados en todo el territorio francés este jueves, 108.847, más de la mitad, 56.180, se han localizado en esas residencias y centros.
Otro ejemplo de la magnitud de la mortalidad en estos establecimientos es que las 700 residencias de la región de París cuentan con al menos un muerto por coronavirus, según las autoridades regionales.
Cerrados a las visitas desde el 11 de marzo, las residencias son objeto de una atención particular por el Gobierno, que ha multiplicado los test en ella y el presidente, Emmanuel Macron, aseguró en su última intervención pública del pasado lunes que tratarán de organizarse para que los familiares puedan visitar a los ancianos más graves.
Reino Unido (más de 103.000 contagiados y más de 13.500 muertos)
En el Reino Unido, donde la cifra diaria de muertes de la que informa el Gobierno solo incluye las ocurridas en los hospitales, se han desatado las alarmas en los últimos días por el aumento de fallecimientos en las residencias de ancianos sin saber si han muerto por el coronavirus por la falta de test.
Debido al largo proceso para emitir los certificados de defunción, las autoridades británicas han contabilizado de manera oficial hasta ahora solo 217 muertes por la COVID-19 en los 2.200 centros de mayores del país, pero las organizaciones benéficas dan otros números.
En Inglaterra solamente, Care England, la organización más importante que gestiona estos centros, ha estimado en 1.400 los ancianos muertos por el virus, en tanto que en Gales la cifra aproximada es de 81 y de 237 en Escocia, mientras que aún no hay datos concretos en el caso de Irlanda del Norte. La Sociedad de Alzheimer calcula, por su parte, que la cifra real puede llegar a 2.500.
Según el ministro de Economía, Rishi Sunak, se está trabajando para obtener “datos precisos” en esos centros, pero advirtió de que se trata de un gran “desafío logístico” porque hay “muchas más” residencias de mayores que hospitales.
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Alemania (más de 138.000 infectados y más de 4.100 muertos)
Tampoco hay cifras oficiales de fallecidos en residencias en Alemania, donde el Ministerio de Sanidad insistió hoy en que no tiene esas cifras porque los datos no se tiene en cuenta el lugar de residencia.
Según algunas fuentes, hasta el domingo 5 de abril, más de 150 residentes habían muerto por el coronavirus, aunque parece tratarse de una cifra muy alejada de la realidad.
A falta de una estadística a nivel federal sobre el número de contagios y muertes, son los diferentes distritos los que van informando sobre los nuevos “hotspots” en centros para mayores.
Así, por ejemplo, en Zwönitz, en Sajonia, hasta el pasado martes 55 de los 85 residentes de un centro de mayores dieron positivo por coronavirus, de los cuales diez murieron, mientras en Langenzenn, en Baviera 13 ancianos de entre 79 y 93 años murieron en una residencia en la que se confirmaron 97 contagios.
Holanda (más de 29.200 casos y más de 3.300 muertos)
La situación en las residencias de ancianos en Países Bajos sigue empeorando, con 629 muertos a causa del coronavirus, según confirman las autoridades sanitarias (RIVM), que solo informan de los fallecimientos de personas a las que se hicieron test, por lo que la cifra real es mucho mayor.
Además, se contabilizan más de 5.300 contagios. Aunque solo la mitad fueron sometidos a las pruebas del SARS-CoV-2, el resto tiene síntomas del COVID-19, según datos de dos plataformas de registro de pacientes a la que ha tenido acceso el diario holandés NRC.
La agencia de estadísticas (CBS) aseguró este jueves que, durante la primera semana de abril, han fallecido casi el doble de personas que el promedio habitual en los hogares de ancianos, según los informes de defunción oficiales. Así, se ha pasado de casi 800 muertos semanales a cerca de 1.500.
El coronavirus ha sido detectado en al menos el 40% de todas las residencias de Países Bajos, que acogen a unos 120.000 ancianos.
Bélgica (más de 36.000 contagios y casi 5.000 muertos)
En Bélgica, esta semana ha servido para calibrar con cifras la verdadera magnitud de las muertes por coronavirus en la residencias geriátricas: 2.387 del total de 4.857 fallecidos en el país desde el inicio de la crisis o un 49 por ciento, según los datos aportados por las regiones (Flandes, Valonia y Bruselas) el pasado miércoles.
A diferencia de otros países, en las residencias belgas también se contabilizan los fallecimientos por síntomas de coronavirus, no solo los confirmados previamente a través de un test. De los más de 4.800 fallecidos, 2.233 son casos calificados como “sospechosos”.
La primera ministra belga, Sophie Wilmès, anunció este miércoles que a partir de la próxima semana se podrán realizar visitas a las residencias de ancianos, una medida considerada “precipitada” por las regiones, que la han rechazado, y buena parte del sector de las residencias.
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Austria (más de 14.500 casos y más de 430 muertos)
Sin datos oficiales en Austria, donde las muertes se contabilizan sólo por sexo y edad, las cifras que barajan los medios son de más de 13.000 contagios y casi 300 muertos en las residencias.
En un breve comunicado remitido a Efe, el ministerio de Salud confirmó este jueves que “en Austria no se elaboran estadísticas sobre las muertes de COVID-19 en residencias y asilos de personas mayores”, entre otras razones porque tales instituciones caen bajo las competencias de los gobiernos regionales.
Pero adelanta que el ministro, Rudolf Anschober, “ha encargado un estudio para aclarar esta cuestión y mejorar la transparencia”, aunque sin especificar cuándo se efectuará la investigación.
Anschober anunció este jueves un plan para aumentar significativamente los test entre la población que comenzará por los residentes de los 918 asilos del país, así como a sus empleados y trabajadores, es decir, un total de 130.000 personas.
La idea detrás de la iniciativa es optimizar la protección de las personas tan vulnerables como los ancianos, quienes, según sus cuidadores, sufren un grave impacto psíquico por el aislamiento y especialmente aquellos a los que la situación les reactiva traumas vividos en la infancia por las penurias de las guerras mundiales.
Hungría (más de 1.700 casos y más de 155 muertos)
Tampoco en Hungría hay cifras oficiales sobre contagios y muertes en las 1.035 instituciones que acogen a más de 55.000 personas.
Recientemente, una de ellas, situada en el distrito 17 de Budapest y con capacidad para 544 personas, ha centrado la atención de la opinión pública por detectarse allí más de 210 contagios.
Este caso ha tensado las relaciones entre el Gobierno del primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, y el alcalde de la capital, el izquierdista Gergely Karácsony, que se acusan mutuamente de haber fallado en el suministro del materiales sanitario al centro.
“Nos preocupamos por los ancianos y los trabajadores (de las residencias)”, aseguró Karácsony y otras 41 alcaldes independientes al exigir que todas las personas en las residencias de mayores sean sometidas a test de coronavirus, una medida que las autoridades sanitarias ordenaron ayer miércoles comenzar a llevar a la práctica.
Rusia (más de 32.000 casos y más de 270 muertos)
Hasta hace unos días en Rusia no había ningún dato sobre la situación con el coronavirus en las residencias de ancianos, pero algunos medios regionales comenzaron a publicar esta semana los primeros datos sobre laos contagios en esas instituciones.
El 15 de abril, las autoridades informaron sobre la primera muerte de una persona con coronavirus en una residencia para mayores en Rusia.
CON INFORMACIÓN DE EFE
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