Por Augusto Wong
Miércoles 9 de octubre, Orlando despierta con una ligera lluvia aunque persistente. Desde anoche, Disney y Universal Studios anunciaron el cierre de sus parques a partir de las 2 pm, lo que confirma que el huracán Milton va en serio. Esto era algo que esperábamos dado la declaración de emergencia y los reportes que se muestran en las noticias.
Días antes habíamos tomado la precaución de pasar por el supermercado para abastecernos de agua y víveres. Mientras recorría los pasillos, tuve un fugaz déjà vu sobre lo vivido en marzo de 2020 con la pandemia, cuando el agua y papel higiénico escaseaban.
A pesar de lo inesperado que resulta enfrentar un huracán a tan poco tiempo de que el devastador huracán Helene golpeara la Florida, las advertencias y el estado de emergencia nos dieron tiempo suficiente para organizar todo ante la llegada del nuevo monstruo: Milton. Conocidos y personas locales nos dan más tranquilidad al señalar que el hotel en donde estamos es un buen lugar para sobrellevar la tormenta y nos reafirman la importancia de seguir los protocolos. En el hotel, todo transcurre en calma; los empleados y otros turistas mantienen una actitud serena, lo que nos ayuda a sentirnos más tranquilos.
A lo largo del día, el clima va deteriorándose. El viento sopla con más fuerza y la lluvia golpea cada vez con mayor intensidad la ventana de nuestra habitación. Aún así, el ambiente aquí dentro sigue siendo de calma, todos seguimos con nuestras rutinas, pero con un ojo en las actualizaciones del huracán. El personal del hotel se encarga de mantenernos informados y preparados, lo que nos da la confianza de que estamos en buenas manos.
Ya avanzada la tarde, el hotel comienza a llenarse con otros huéspedes que también buscan resguardarse. Los más aventureros que fueron a visitar los parques y agregarle más adrenalina a su día empiezan a desfilar empapados por la puerta del Lobby. Afuera, las calles vacías y el clima cada vez más agresivo nos recuerdan que lo peor está por venir. Aunque Milton aún no ha tocado tierra, sentimos que estamos en el lugar adecuado, siguiendo las recomendaciones y aguardando con tranquilidad.