El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, rindió honores ayer lunes a los soldados estadounidenses caídos en conflictos en el marco del Día de los Veteranos, evento que marcó la primera presencia junto a la vicepresidenta Kamala Harris desde su derrota en las elecciones la semana pasada.
La ceremonia en la que Biden depositó una corona de flores en el histórico Cementerio Nacional de Arlington, en una de las márgenes del río Potomac frente a Washington, es también la primera vez que Harris se muestra en público desde que el 6 de noviembre reconoció en un discurso la dura derrota en las presidenciales frente al republicano Donald Trump.
Biden recibió a oficiales castrenses retirados en la Casa Blanca para conmemorar el feriado antes de dirigirse a Arlington, el lugar de descanso final de dos presidentes, cinco altos generales con cinco estrellas y unos 400.000 militares caídos en los principales conflicto bélicos de Estados Unidos desde la Guerra de la Revolución.
Biden y Harris, ambos vestidos con trajes oscuros, se pusieron las manos sobre el corazón antes de participar en una ceremonia oficial y colocar coronas de flores en la Tumba del Soldado Desconocido.
"Esta es la última vez que estaré aquí en Arlington como comandante en jefe" de las Fuerzas Armadas, dijo el presidente en su discurso. "Ha sido el mayor honor de mi vida liderarlos, servirlos, cuidarlos y defenderlos, tal como ustedes nos defendieron, generación tras generación", destacó Biden.
"Ustedes son la mayor fuerza de combate, y esto no es una exageración, la mayor fuerza en la historia del mundo", concluyó el veterano gobernante.
Mientras sonaban los acordes de la vieja canción patriótica "God Bless America" (Dios bendiga a Estados Unidos), Biden sacó un pañuelo para secarse lágrimas de ambos ojos.
La ceremonia tuvo lugar antes de que Biden reciba a Trump en la Casa Blanca el miércoles.
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