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El caso Navalni y otras huelgas de hambre famosas
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Alexéi Navalni, el principal opositor a Vladimir Putin, dejó de alimentarse el 31 de marzo para protestar contra las condiciones en las que está detenido. El activista, de 44 años, fue sentenciado en febrero a más de dos años de prisión por un caso de fraude, semanas después de haber regresado a Moscú desde Alemania, donde se recuperó de un envenenamiento con un agente neurotóxico, del cual culpa al mandatario ruso.
Hoy, las autoridades penitenciarias decidieron trasladarlo a una unidad hospitalaria para condenados, informa la agencia de noticias AFP. Probablemente actuaron así ante las presiones de EE.UU., la Unión Europea y otras naciones occidentales, que han advertido que “habrá consecuencias” para Rusia si Navalni muere en la cárcel.
Con muchos simpatizantes considerando su condena una fachada que esconde persecución política, Navalni se ha convertido en un símbolo de la represión del régimen de Putin. Por ello, su huelga de hambre ha generado tanto interés mediático, pero no es la única acción de ese tipo que ha conseguido atraer la atención mundial.
Antecedentes
En la historia de la protesta no violenta, la huelga de hambre tiene un lugar especial. A este recurso apeló varias veces Mahatma Gandhi (1869-1948), padre de la independencia de la India. Se calcula que fueron unas 18 huelgas de hambre las que realizó entre 1913 y 1948, sea en prisión o en casa. Las más largas tuvieron un máximo de 21 días.
Los motivos de Gandhi fueron múltiples: protestas contra el dominio británico y sus acciones, contra arrestos injustificados, contra el uso de la violencia entre los grupos independentistas, en favor de las castas menos favorecidas de la India y en favor de la unidad hindú-musulmana, entre otras razones. Su última huelga de hambre duró seis días y culminó el 18 de enero de 1948, 12 días antes de que fallezca.
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Siguiendo el ejemplo de su compatriota Gandhi, la activista de derechos humanos Irom Sharmila también recurrió a la huelga de hambre. La comenzó en el año 2000, luego del presunto asesinato de 10 civiles por parte de soldados en el estado de Manipur, al noreste de la India. Su caso acaparó los medios del mundo por el tiempo en que ella estuvo en ayunas. Su protesta duró 16 años.
Sharmila, conocida como “la Dama de Hierro de Manipur”, fue arrestada a los tres días de iniciada su acción, bajo cargos de intento de suicidio. Las autoridades le introdujeron una sonda por la nariz para alimentarla a la fuerza. Así la mantuvieron con vida.
En América Latina, uno de los casos más populares es el del activista cubano Guillermo Fariñas. Ha estado encarcelado varias veces y ha realizado múltiples huelgas de hambre, desde el año 1995, en protesta contra el régimen comunista de Cuba. Pero no es el único que ha tomado estas medidas en la isla para manifestarse contra el Gobierno.
El pasado 20 de marzo, otro reconocido disidente, José Daniel Ferrer, inició una huelga de hambre a la que se sumaron personas dentro y fuera de suelo cubano. Lo hizo para denunciar un cerco policial en la sede de su agrupación Unión Patriótica de Cuba (UNPACU). La huelga terminó 21 días después, cuando se levantó la vigilancia.
Tratado
Cabe agregar que la Declaración de Malta, de la Asociación Médica Mundial, señala que “no se debe obligar a las personas en huelga de hambre a ser tratadas si lo rechazan. Aplicar, dar instrucciones o ayudar a la alimentación forzada contra un rechazo informado y voluntario es injustificable. La alimentación artificial con el consentimiento explícito o necesariamente implícito de la persona en huelga de hambre es aceptable éticamente”.
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