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Cuba: ¿Por qué la isla afronta ahora un castrismo sin los Castro?
Cuba: ¿Por qué la isla afronta ahora un castrismo sin los Castro?
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“No más mentiras, mi pueblo pide libertad, no más doctrinas. Ya no gritemos patria y muerte, sino patria y vida”. Esta canción que critica al gobierno comunista de Cuba, compuesta por afamados artistas cubanos y lanzada en febrero en medio de críticas del gobierno se ha vuelto un grito que resuena cada vez más fuerte. Y lo ha sido esta semana también cuando se conoció que el Partido Comunista Cubano (PCC) –el único oficial del país– realizó cambios en su cúpula principal y por primera vez en seis décadas nadie con un apellido Castro ocupará una posición de alto nivel en la isla.
Cuba inicia así una nueva etapa, histórica. El VIII Congreso del Partido Comunista que se llevó el fin de semana pasado en La Habana terminó con la retirada de Raúl Castro –quien había sucedido a su hermano Fidel– como primer secretario del PPC. Ahora su lugar será ocupado por el actual presidente del país, Miguel Díaz-Canel, de 60 años.
De esta forma, todo el poder político de la isla queda en manos de Díaz-Canel. Y también por primera vez, las FF.AA. se subordinarán formalmente a un civil. Sin embargo, este cambio, si bien marcará un antes y un después en la política cubana, parece ser poco esperanzador. En su discurso de despedida, Raúl Castro no se olvidó de recalcar que la continuidad del sistema socialista de partido único y economía centralizada no está en discusión. Los ideales revolucionarios no se modifican. “Nada me obliga a esta decisión, pero creo fuertemente en la fuerza y el valor del ejemplo”, dijo Castro, de 89 años.
SIGUE EL CASTRISMO
Para los más optimistas, el relevo de Raúl Castro podría marcar una apertura a las reformas sociales y económicas que Cuba necesita, pero, como indica el periodista y escritor cubano Carlos Alberto Montaner, esto está lejos de ocurrir. “No hay ninguna posibilidad, mientras Raúl viva, de que exista algún tipo de cambio real”, sentencia desde Miami. Con la misma desesperanza opinó Luz Escobar, periodista del medio de oposición 14 y Medio: “Sabemos perfectamente los cubanos que, mientras Raúl siga vivo, seguirá moviendo los hilos del poder en Cuba”.
Para nadie es un secreto que la nación enfrenta, a 62 años de la revolución, grandes desafíos. No solo en la necesidad de una apertura económica y cambios sociales profundos, también existe una división generacional que se hace cada vez más evidente. Cada vez son más los jóvenes que exigen un menor control gubernamental y mayores libertades, mientras la base de apoyo histórico viene apagándose. Frente a esto, ¿por qué no virar?
“Una de las cosas que se señalan como posibilidad de ruptura del régimen son las nuevas generaciones. El problema es que el poder está concentrado en el PCC, en el poder militar y el sector de inteligencia. Esos sectores todavía vienen siendo manejados por viejos castristas o personas que son más jóvenes pero que siguen considerando que debe haber continuidad en el régimen”, sostiene el internacionalista peruano Fabián Novak.
Para Carlos Alberto Montaner, no obstante, sí existen voces reformistas dentro del PPC que vienen buscando cambios; sin embargo, “el peso” de Raúl Castro ha impedido que dicha apertura funcione. “Yo imagino que eso tiene que cambiar, pero será a mediano plazo, cuando muera Raúl. No hay ninguna posibilidad de que surja un Gorbachov en Cuba”, indica.
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SISTEMA RESQUEBRAJADO
Cuba afronta una de sus peores crisis económicas en décadas. A la falta de eficacia de las reformas económicas llevadas por el gobierno comunista y a las severas sanciones que impuso Donald Trump, se le sumó la pandemia, que ha destrozado el turismo. Asimismo, las importaciones han disminuido a medida que el gobierno se queda sin dinero. La crisis alimentaria parece empeorar y las filas por conseguir alimento o medicina son cada vez más grandes.
“Esto está generando un incremento notable de pobres. En mala hora el régimen ha optado por una reforma monetaria de salarios y pensiones que está ahondando aún más la crisis”, indica Fabián Novak.
Para el internacionalista, esta “insatisfacción” ha encendido aún más las protestas en contra del régimen cubano. En el mismo sentido, Montaner lamenta que, durante todo este tiempo, el castrismo haya logrado apagar toda rebeldía “a base de sangre y fuego”, aunque menciona que cada vez más organizaciones disidentes –como el Movimiento San Isidro– vienen logrando ser importantes. Estas –indica– resultarán vitales para lograr cambios en la isla.
El Internet móvil llegó a Cuba a finales de 2018. Esto permitió a los cubanos expresar sus demandas, denunciar casos de represión y hasta organizar grandes manifestaciones en la calle, algo inédito en la nación. Novak indica que el Internet es una de las pocas libertades que no ha podido controlar el régimen.
“Estamos en un sistema comunista donde no hay libertad de prensa, libertad de expresión; tampoco existen elecciones libres. Hay solamente un partido legal. De acuerdo con los informes anuales de la CIDH, existen aún detenciones arbitrarias, persecución a los artistas, torturas a los opositores políticos, discriminación abierta a toda la comunidad LGTBI. La oposición está en constante represión”, indica Novak.
El panorama así se presenta poco alentador para una nación que pide a gritos cambios profundos. “Es muy difícil porque el régimen comunista es un tipo de dictadura que impide los cambios”, responde un desolado Montaner, aunque en el fondo aún guarda cierta esperanza de que se abra otro camino a mediano plazo.
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