Police officers, who have joined a rebellion, take part in a march to protest against Bolivian President Evo Morales in Santa Cruz, Bolivia, on November 9, 2019. Police in three Bolivian cities joined anti-government protests Friday, in one case marching with demonstrators in La Paz, in the first sign security forces are withdrawing support from President Evo Morales after a disputed election that has triggered riots.
 / AFP / DANIEL WALKER
Police officers, who have joined a rebellion, take part in a march to protest against Bolivian President Evo Morales in Santa Cruz, Bolivia, on November 9, 2019. Police in three Bolivian cities joined anti-government protests Friday, in one case marching with demonstrators in La Paz, in the first sign security forces are withdrawing support from President Evo Morales after a disputed election that has triggered riots. / AFP / DANIEL WALKER

Redacción PERÚ21

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está acorralado. Enfrenta la peor crisis en sus más de 13 años de gobierno. A las multitudinarias protestas de colectivos civiles que piden su renuncia en las calles y la sublevación de parte de la Policía, que ayer dejó de custodiar los exteriores del palacio presidencial en La Paz, se sumó el resultado de una auditoría contratada por el propio gobierno, que ratificó que las elecciones del 20 de octubre tenían “vicios de nulidad”.

La historia que ha dejado en la cuerda floja al primer gobernante de origen indígena de Bolivia empezó cuando Morales pretendió imponer su polémico triunfo electoral para un cuarto mandato, pese a que fue acusado de irregularidades por veedores de la OEA, la Unión Europea y su principal rival, Carlos Mesa.

Y es que el día de la votación, el país se fue a dormir con la idea de que habría una segunda vuelta entre Morales y Mesa. Ello porque el resultado preliminar del Tribunal Supremo Electoral daba al mandatario 45% de los votos frente al 38% de su rival, lo cual, aunque representaba una gran ventaja para Evo, era insuficiente para proclamarse vencedor, pues la ley electoral boliviana da como ganador a quien supere el 50% de los votos o alcance el 40% de los mismos con diez puntos de ventaja sobre el segundo.

Esa noche, el conteo preliminar oficial fue suspendido de manera abrupta justo cuando la ventaja entre Morales y Mesa se acortaba. Ahora se sabe que fue por orden de la presidenta del tribunal electoral, María Eugenia Choque, quien también dispuso cortar el Internet y la electricidad para asegurarse de que el conteo rápido no prosiga. Veintitrés horas después, sorpresivamente el ente electoral anunció un “cambio de tendencia” y que Morales alcanzó la ventaja de 10%, por lo cual sería el virtual ganador.

El anuncio generó desconfianza, denuncias de fraude y una oleada de protestas en todo el país, que se exacerbó con la renuncia del vicepresidente del Tribunal Electoral, Antonio Costas, quien cuestionó la “desatinada” decisión de suspender el conteo.

Para que realice una auditoría que avale los resultados del gobierno, este contrató a la empresa panameña Ethical Hacking, la cual llegó a la conclusión de que las elecciones presidenciales están “viciadas de nulidad” y por ello no pueden dar fe de sus resultados.

Álvaro Andrade, gerente de la compañía, dijo que se detectaron 11 casos de irregularidades que beneficiaron al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), de Morales, entre ellas el cambio de más de 30,000 actas electorales desde una dirección IP no identificada. Pero eso no es todo. El Comité de Defensa de la Democracia presentó un informe con 19 indicadores de fraude, como “sumas equivocadas en las actas, volteo de datos, actas donde el MAS obtiene más votación que los inscritos para votar, o actas computadas cinco días antes del proceso”, entre otros.

CONVOCA AL DIÁLOGO

Todo eso ha dado lugar a una huelga general, que ya lleva 18 días, así como enfrentamientos que cada vez se vuelven más violentos entre opositores y seguidores de Morales y que han dejado tres muertos, 383 heridos y múltiples sedes electorales quemadas en cinco regiones del país.

Aún se esperan los resultados de la auditoría vinculante que la OEA realiza en Bolivia y que definirá si hubo fraude y si se realizará otra votación.

Evo ha insistido en declararse ganador y que es víctima de un intento de golpe de Estado, pero ante la presión de la Policía, que ha dejado las calles sin custodia, no ha tenido otra alternativa que ceder. Por eso, ayer convocó a cuatro partidos, de manera urgente e inmediata, a una mesa de diálogo para buscar una salida a la crisis, y pidió a los policías que pongan fin a sus motines y retomen sus labores.

Sin embargo, minutos después de la convocatoria, Carlos Mesa rechazó participar en el diálogo y el dirigente Rubén Costas, del partido Bolivia Dijo No, también declinó ante la invitación, con lo cual la crisis se agrava aún más.

TENGA EN CUENTA

- A los pedidos de renuncia de Morales se sumaron los comités cívicos, formados por grupos opositores civiles y liderados por Luis Fernando Camacho.

- Estos comités no han sido convocados a participar en la mesa de diálogo, que en cambio sí invitó a la ONU y la OEA, así como a las iglesias.

- El analista Iván Arias dijo que la iniciativa de Morales es “un diálogo vacío, porque no ha invitado a todos los sectores que protestan”.

- Una caravana de autobuses que se dirigía a La Paz en apoyo a las marchas contra Evo Morales fue emboscada en la localidad de Vila Vila, dejando más de 30 heridos.

- En respuesta a dicho ataque, una turba de jóvenes prendió fuego a la casa del gobernador de Oruro, Víctor Hugo Vásquez.

- Ante la grave situación, dos alcaldes, un senador y un gobernador del partido MAS renunciaron a su cargo.

- El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman, manifestó que los militares no reprimirán a los manifestantes.

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