En la isla Aoshima solo hay pocos humanos, pero sí muchos gatos. (Foto: KAZUYUKI ONO / AFP)
En la isla Aoshima solo hay pocos humanos, pero sí muchos gatos. (Foto: KAZUYUKI ONO / AFP)

Rafael Roque

La historia cuenta que los eran sagrados en el antiguo Egipto, estaba prohibido maltratarlos y por ley se les momificaba al morir. Hoy continúan siendo casi una deidad en las redes sociales y se dice que en cualquier rincón del mundo se puede encontrar uno, pero en una isla de Japón son mayoría y sus pobladores están sometidos a sus ronroneos y mimos.

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En la isla de Aoshima, los pobladores -que eran 900 en 1945- comenzaron a traer gatos para que acaben con la plaga de ratones que llegaban en los barcos pesqueros en el auge de las sardinas, sin imaginar que los felinos tomarían el lugar y los pobladores terminarían por abandonar la isla.

Como era de esperarse, los gatos hicieron su trabajo, comenzaron a reproducirse y con el paso del tiempo fueron mayoría en la isla porque los pobladores empezaron a irse debido a la crisis de la industria sardinera y, para 2023, solo quedaron 6 personas frente a alrededor de 200 felinos.

Entonces, la ecuación quedó así en la isla: alrededor de una persona por cada 30 gatos.

Fue así que Aoshima se convirtió en Island Cat (isla de gatos), de gran atractivo para turistas y amantes de los mininos, que llegan hasta el lugar a darles alimentos, pero, al ver que esta intención era insuficiente para la salud de los animalitos, la prefectura tomó cartas en el asunto y en 2018 y empezó un proceso de esterilización para contener el crecimiento de su población.

Aoshima es conocida como la isla de gatos. (Foto: KAZUYUKI ONO / AFP)
Aoshima es conocida como la isla de gatos. (Foto: KAZUYUKI ONO / AFP)


Puntos en contra

Si bien las fotos y las historias que se cuentan en redes hacen que la isla de gatos parezca un gran atractivo turístico, algunas personas han señalado que la realidad es distinta.

En una nota en Publico, varios visitantes han señalado que la isla no está preparada para recibir turistas, que no todos los gatos están en buen estado de salud en cuestión de peso y enfermedades.

Por este motivo las autoridades buscan evitar que la población siga creciendo porque es insuficiente la comida que reciben de parte de turistas y los pocos pobladores en la isla.


Otra isla dominada

Pero Aoshima no es el único territorio dominado por gatos en Japón. La isla de Tashirojima tiene una historial similar: de 1,000 habitantes en 1950, ahora solo residen unos 80, quienes comparten el espacio con cerca de 150 gatos.

Los gatos también llegaron por una urgencia de los humanos: evitar que las ratas acaben con la producción de gatos de seda. Y, como es habitual, cumplieron su trabajo y empezaron a ampliar la familia.

A diferencia de Aoshima, en esta isla gatuna varios veterinarios asisten periódicamente a los felinos.

En el puerto de Nitoda los gatos reinan, caminan por las calles sin problema alguno, se pavonean a sus anchas y, si están de buen humor, posan para las cámaras de los emocionados turistas.

Los gatos llegaron para acabar con la plaga de ratas.
Los gatos llegaron para acabar con la plaga de ratas.


¿El gato es un peligro?

En Australia hay un sinfín de especies de animales únicos e increíbles que son amenazados en la actualidad el cambio climático, los incendios forestales y también por los gatos.

Considerado como una especie invasora, según National Geographic, los gatos llegaron a Australia en 1788 en los primeros navíos de ingleses que desembarcaron con intenciones colonizadoras. Entonces, este pequeño felino se introdujo en distintas latitudes y, como manda la historia, comenzó a reproducirse.

No es el más popular de Australia, pero es bien recibido en las casas siempre y cuando cumpla ciertos parámetros: que estén esterilizados, tengan un microchip y se mantengan dentro de cuatro paredes.

El problema es con los más 20 millones de gatos ferales (salvajes) que están cazando distintos animales como reptiles, aves y mamíferos.

Y las ciudades australianas también enfrentas desafíos con respecto a los gatos, por ello las autoridades evalúan prohibir que los gatos deambulen por sus calles.

Las tres razones de las autoridades radican en mejorar el bienestar de las mascotas, que se evite afectación de animales silvestres y reducir la molestia de los vecinos.

Los gatos terminaron quedándose en la isla y con el tiempo fueron más que los humanos.
Los gatos terminaron quedándose en la isla y con el tiempo fueron más que los humanos.


Amados u odiados. En algunos lados es una deidad y en otros una amenaza. Los gatos no pasan desapercibidos: ya gobiernan las redes sociales, algunas islas y el corazón de su fanáticos alrededor del mundo.

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