Cuando coincidimos en Madrid hace solo unas semanas, Patricia del Río y los periodistas peruanos que acudimos a la Feria del Libro de esa ciudad estábamos con la mitad de la atención puesta en ese pedacito de patria que hoy se llama Paolo Guerrero, selección. Al confirmarse que el capitán sí estaría en Rusia, Patricia se emocionó discretamente, a su estilo, pero su mirada de hincha reflejaba esa confianza que el hijo de Doña Peta ha dado al Perú entero.

Es de las que disfruta seguir los partidos en la radio y es de las que guarda recuerdos familiares bajo una capa delgadita, que el tiempo no borra, lo que le permite revivir circunstancias históricas bien entrelazadas con la cotidianidad de una mujer pilas, que es capaz de estar sumergida en un libro sobre el dolor y a los pocos segundos detenerse para tuitear una frase indignada o un despreocupado comentario que seguro alguna prensa dirá que se hizo viral por a, b, c... ya se sabe. Como sea, ella se la pasa bien, se deja contagiar. Hablar de fútbol es también recordar aquellos días en los que el Perú sí sabía lo que era el Mundial y su abuela celebraba cada momentazo de gloria.

El primer Mundial que vi fue el de España 82, años, bastantes años atrás. Estaba chiquita, pero recuerdo bien. Era muy bonito ver a la selección peruana jugar contra otros equipos y estábamos a nivel. Fue una época familiar muy hermosa.

Éramos dos mujeres y tres hombres en casa. El fútbol era una tradición familiar. A mi abuela paterna le encanta el fútbol y no había día que no se comente cada jugada, cada momento. Pero también debo confesar que en alguna oportunidad, después de España 82 quizá, ya me daba lo mismo, sí, lo mismo. Una sensación… Y seguro que no soy la única que lo vivió así. Es decir, los peruanos, los hinchas estábamos tan acostumbrados a no participar en un Mundial que ya era una costumbre ver cada evento deportivo pasar. Creo que lo normal era ver a Perú sin clasificar. La hinchada se acostumbró a ver perder a su selección. Algo triste, sin duda. Pero ahora el mundo sabe que esto cambió, Perú regresa al Mundial y nos miran estupefactos. Nosotros mismos lo estamos. Cada gol lo celebramos de tal manera que parecemos ya campeones. Eso es bueno, siempre ha sido bueno. Es una consecuencia del éxito y del reconocimiento. El ánimo de la hinchada se ha transformado y se siente increíble. Hay una pasión muy grande, contagiosa.

Yo disfruto hoy este torneo como ninguna otra persona... El Mundial es apreciar más allá del juego, es la historia. Son esas anécdotas o datos que quedan para los libros o recopilaciones. Es la máxima fiesta, un espectáculo de buen fútbol. El Mundial detiene al mundo y fíjate que con Perú, la situación es totalmente sacada de pelos. La gente está muy emocionada. Son 36 años... muchísimos años y es la ventana para jugadores jóvenes.
Los cánticos, las expresiones y manifestaciones son incontrolables, en las calles y en las redes sociales. Eso genera el fútbol y puedes imaginarte, después de muchos años, que hay una explosión.

Ahora todos se abrazan al momento de cantar el himno nacional del Perú y también convocan a las previas por Facebook. Es todo más apasionado. Hay una alegría desbordante.

Me emociono, soy enérgica, controlada también. Soy de las que les gusta escuchar los partidos por la radio. A veces escucho los partidos en mi carro y es todo un furor, lo vivo como si estuviera en el estadio, en la tribuna. Los goles, las llegadas y todo el contexto es diferente. Escuchar o ver a tu selección jugando contra Francia, Dinamarca o Australia... uf. Me quedo sin palabras. Creo que siento, como todos, una gran emoción. Es lo mejor que puede suceder en estos momentos para el fútbol nacional y hay que compartirlo.

DATO

Patricia María del Río Labarthe es periodista. Además, lingüista de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Sus primeras incursiones en el periodismo se suscitaron cuando fue designada como revisora de las ediciones regionales del diario Correo.

En 2007, incursionó en la radio conduciendo Ampliación de Noticias de RPP. Ha escrito para diarios como Perú21 y El Comercio. También fue editora del diario La Industria (Trujillo).

Producción: Héctor Melgar y Adriana Angulo