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Ricardo Pun, médico: “Todos podemos ser héroes, hacer pequeños actos de amor”
En 2018 fue nombrado Héroe del Año por la cadena CNN. De salvar vidas a través del albergue Inspira, pasó a luchar por su vida. ¿Cómo está el doctor Ricardo Pun? Lo entrevistamos.
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“Tú eres médico, yo soy médico; vamos a decir las cosas claras, yo veo cáncer de pulmón”, le dijo por teléfono un colega neumólogo luego de revisar su tomografía, a la que se sometió porque, de pronto, un día escupió sangre.
El doctor Ricardo Pun transitaba, en septiembre de 2023, de salvar vidas a luchar por la suya. Fue nombrado Héroe del Año en 2018 por la cadena CNN debido a su loable labor desde el albergue Inspira, que ofrece un hogar temporal para niños con cáncer, parálisis cerebral, síndrome de Down y quemaduras.
Lo internaron de emergencia. Casi no recuerda más, ni el momento en que le quitaron la ropa para hospitalizarlo. Mes y medio después, reaccionó, volvió a la vida. ¿Qué pasó en ese tiempo? Más de 40 médicos preguntaron por su salud, hasta que llegó un cardiólogo que no lo conocía. Vio la tomografía y encontró algo distinto. “Parece cáncer de pulmón, pero es el corazón”, fue su diagnóstico final. El tratamiento cambió totalmente.
¿En qué se piensa cuando se está en ese plano gris entre la vida y la muerte? “Pensé en mi papá”, me dice. Su padre falleció un 6 de septiembre y él estaba entrando a la clínica los primeros días de septiembre. Pero solo fue una coincidencia.
El año pasado preocupó a todos, llegó a cuidados intensivos.
Lo bonito de eso fue que hubo preocupación de la gente (sonríe). Yo fui de frente a la clínica y me entubaron.
Llegó a tiempo.
A las justas. Estuve en UCI como 15 días y de ahí pasé a piso. Días antes de que me pase lo que me pasó, estaba en un entrenamiento de entrenadores. Estaba haciendo un entrenamiento para caminata sobre fuego.
¿Por qué?
Para ser entrenador de caminata sobre fuego, caminata sobre vidrio, romper flechas con mi cuello en la pared e inmersión de agua con hielo. Estaba en Huaral haciendo todo eso y, de pronto, escupí y tosí sangre. Regresé de Huaral, me comuniqué con un amigo mío que es neumólogo y me dice para tomarme una tomografía de urgencia. Ahí empezó todo.
¿Y hoy cómo está?
De la operación del corazón no siento nada. Lo que sí tengo es un problema que aparentemente está mejorando ligeramente: un trombo que apareció después de la operación, que se ha depositado en mi región occipital izquierda y eso ha tomado mi campo visual derecho. En lugar de ver una pantalla completa, veo la mitad de la pantalla.
¿Hay solución?
Estoy mejorando. Espero seguir así... También he aprendido a agradecer desde el corazón. Ya no es un ‘gracias’ sino realmente un gracias con conexión.
¿No lo vivió con bronca? Es decir, cómo a alguien que ayuda a otras personas le pasa eso.
No. Cuando me llevaron al psicólogo me preguntaron cómo estaba, le dije que feliz porque estoy vivo. Tengo la fortuna de que puedo caminar, puedo hablar, veo la mitad, puedo ir al baño solo. Y ahora me estoy dando la oportunidad de darme tiempo para mí. Estoy disfrutando los momentos de manera distinta. Disfruto de la gente, de las conversaciones, de los paisajes. Antes mi vida era muy rápida.
¿No tener hijos afecta?
No, en lo más mínimo. Me hubiese encantado, pero el destino no me dio la oportunidad y si me la dio, no la vi. Estoy realmente feliz de mi segunda oportunidad, de mi siguiente misión.
¿Cuál es su siguiente misión?
En noviembre me invitaron a trabajar en el Congreso.
En su momento, iba a postular al Congreso.
Postulé, pero se bajaron al PPC. Pero ahora en noviembre me llamaron para pertenecer a la Comisión del Cáncer y ahora estoy acá, apoyando a la comisión. Hay que promover la ley del cáncer para que salga. Hay que ver el tema de medicamentos. Hay varios temas que trabajar.
¿Postulará al Congreso más adelante?
Quién sabe.
¿No teme ser absorbido por la maquinaria estatal, por la figura del político que a veces termina consumiendo a las personas?
Es cierto. No sé qué pase…
¿Cómo está Inspira?
Inspira está lindo, ya tenemos el edificio que inauguramos el año pasado.
Habrá sumado lo que ganó con CNN, ¿no?
Gané 100 mil dólares, los cuales los doné. Pero en el local hay más de 2 millones de dólares. Lo que sumó fueron los contactos, la gente que empezó a ver la obra, la comunicación. Pero apareció el COVID y hubo un gran bajón de apoyo.
¿Están recuperados?
No, estamos lejos. Tenemos un hermoso local de cinco pisos, pero la gente no se recupera económicamente...
¿Qué tiene que pasar?
Que más gente se sume. Y que entiendan que donando un poquito mensualmente podemos cambiar la vida no solo de un niño con cáncer sino de toda una familia. Imagínate que se junten los colegios médicos, de abogados y que les descuenten a cada profesional 5 soles mensuales…
De acá a 100 años será recordado como un héroe.
¿Y por qué no? Todos de alguna u otra forma podemos ser héroes. Podemos hacer cosas pequeñas que cambien la historia de una persona o de toda una familia. Hacer pequeños actos de amor.
AUTOFICHA:
-“Tengo 52 años. Hago medicina china natural. Yo trato igual que mi abuelo, con hierbas, agujas. Consumo algunas hierbas para fortificar y desintoxicar todos los medicamentos que tomé y sigo tomando. Pero sigo las indicaciones de los especialistas, de mi cardiólogo”.
-“Cuando desperté de la tomografía, veía en mi maquinita donde sale mi presión arterial, mi saturación de oxígeno y todo lo demás. Lo veía, todo estaba bien. En eso entró mi hermano, que también es médico, y me preguntó: ‘¿Compadre, si es necesario te entubamos o no?’”.
-“Miré la máquina de nuevo y todo estaba bien. ‘¿Por qué me preguntará eso?’, pensé. ‘Ya pues, si es necesario que me entuben’, le dije. Y estaba bien de saturación porque tenía la cánula binasal. Me tocó (la enfermedad), pero eso ha traído para mí algo muy importante que es sentirme acompañado”.
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