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Nueva tarde sin triunfos, deslucido encierro
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Por: Baldomero Cáceres Vegas
El resultado, visto lo visto fue, ayer, frustrante. La mala presentación del ganado de juego desigual, predispuso la tarde por un camino arisco a pesar del intento de los toreros por agradar sin que ellos lograran cimas de toreo sublime.
Asardinado el de la confirmación de Aguado, fue cambiado por un ejemplar de La Viña también impresentable. A pesar de ello el público de Acho supo respetar la labor del sevillano debutante, que acompaña a los toros con suavidad y naturalidad exquisita. Colaboró el viñense y la faena se extendió como manera cortés de entregar a la afición sensible de Lima, su toreo de acariciar misterios.
Aguado tampoco tuvo la gracia de encontrar oponente en el sexto. Su labor dejó sabor pese a venir la tarde a tumbos que venía con desarrollo tambaleante. Pese a ello, el sevillano logró dejar en pie su nombre y sus maneras de torero diferente.
Cayetano Rivera Ordóñez quiso y no pudo porque el de Santa Rosa que le cupo en primer lugar, y su segundo olivareño, pronto mostraron pocas opciones.
El primero se refugió en tablas y él, de estirpe enrazada, firmó con entrega una labor que, de llegar a alcanzar las cotas que su torero de corazón promete, hubieran seguro calado.
Su segundo, cuarto de la tarde, tuvo también limitadas opciones.
El peruano Joaquín Galdós toreó al tercer y quinto de la tarde. Exprimió al tercero que iba y venía con mejor condición cuando iba paralelo a tablas y en el tercio. Tuvo su faena momentos de enorme clase sin que el toro, que se apagó, colaborara de verdad.
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El peruano intentó por ambos lados pasarlo y templar, pero la faena tampoco alcanzó a remontar el esquivo curso de los sucesos, pero claro es que fueron sus momentos conseguidos, propios de torero importante, que promete siempre, reconocidos por Acho.
Su estocada de muerte, dejó patente su sabor de andar y técnica fina, pero esta vez en terrenos de poco previsible éxito.
El segundo del local fue reticente y no llegó nunca a entregarse. Galdós lo intentó seguro, pero ante el escaso aporte poco del toro, el entendido aficionado supo tener benigno veredicto.
Galdós sí lo intentó, pero era difícil meterlo en faena más que para cuajar algún muletazo acompañado de olés. En suma, la terna prometía, lo intentaba, pero las cartas, jugadas de antemano, les jugaron en contra.
Ficha de la corrida de ayer
• Plaza de Acho.
Tarde nublada y poco más de ½ entrada en los tendidos.
• Tres toros de Santa Rosa de Lima (1ro. 2do. y 3ro.), terciados, dos de El Olivar (4to. y 5to) y uno de La Viña (6to.) y un 1ro. bis tampoco bien presentado.
• Cayetano Rivera. Silencio y palmas
• Joaquín Galdós. Ovación y ovación
• Pablo Aguado. Palmas y palmas
De jueces
El juez de plaza debe recalibrar y con urgencia su balanza. El engaño respecto a pesos es flagrante. Servidor público como él, debe procurar se dé al pagante lo que corresponde. Toros de edad y trapío aparentes. Y adulterar el peso, no es de buen cristiano.
Roca rey
Con nuestra figura como valor central, la próxima, última de abono no solo promete, sino que será tarde de apoteosis. El encierro para él, Morante y Castella reúne plenas garantías. Abstenerse fatalistas.
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