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La inesperada fama del chifa Asia: Historia de una pesadilla con final feliz [CRÓNICA]
Li Fang Min (38) y Liu Xiunhuan (33) llegaron al Perú cargados de sueños y como todos los migrantes buscaban un trabajo que les brindara estabilidad.
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Frontis del chifa Asia quedó pintarrajeado y con un hueco tras los daños de las personas furibundas motivadas por la histeria colectiva. (César Campos)
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Los cocineros recibieron el apoyo de Gustavo Cordero, representante de la Cámara Perú Asia Pacífico y la Asociacion de Comerciantes Fujianeses Residentes en el Perú. (César Campos)
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Los ciudadanos chinos llegaron al país hace cuatro años y llenos de sueños y esperanzas de trabajar en un futuro más prometedor. (César Campos)
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Los camareros no se daban abasto y ponían sus mejores caras para atender tan alta demanda, nunca antes vista desde que abrieron el local. (César Campos)
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Desde ayer que se reabrieron las puertas del local y limpios de polvo y paja, las personas se atiborran para entrar. (César Campos)
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Li Fang Min es el socio de Liu y ambos se turnaban para declarar a la prensa porque no podía descuidarse la cocina. (César Campos)
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Liu Xiunhuan siempre se concentra en lo que más le gusta hacer: cocinar para sus comensales. (César Campos)
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Li Fang Min a la izquierda y Liu Xiunhuan a la derecha en la cocina de su chifa Asia en Independencia. (César Campos)
Fecha Actualización
Era un chifa como cualquiera hasta el 17 de enero. Después, el destino le tenía preparado una serie de eventos desafortunados que lo cambiarían por completo. Pero, incluso, en los pasajes malos de nuestras vidas nos puede esperar un futuro más prometedor.
Hace cuatro años, Li Fang Min (38) y Liu Xiunhuan (33) llegaron al Perú cargados de sueños. Como todos los migrantes buscaban un trabajo que les brindara estabilidad. Después de tres años lograron juntar una suma de 150 mil dólares y abrieron su único local bautizado como el chifa Asia.
Con una inversión tan grande, ¿cómo tirarían todo a la borda con platos preparados con carne de perro? Esa es una pregunta que se hacen los ciudadanos chinos y no encuentran una respuesta clara.
QUERÍAN QUEMAR EL CHIFA
El 18 de enero, Liu Xiunhuan llegó del mercado de Canta, cuadró su carro frente al chifa y se disponía a bajar la carne de res que había comprado, junto con su nueva mascota que una vendedora le había regalado. 'Negro' estaba forrado con un costal para que no rasguñara la carne porque no había más espacio en el vehículo.
El 18 de enero, Liu Xiunhuan llegó del mercado de Canta, cuadró su carro frente al chifa y se disponía a bajar la carne de res que había comprado, junto con su nueva mascota que una vendedora le había regalado. 'Negro' estaba forrado con un costal para que no rasguñara la carne porque no había más espacio en el vehículo.
Y eso fue suficiente. Un perro, bolsas de carne, un ciudadano chino y un chifa fue la 'fórmula' perfecta para desatar la histeria colectiva. Sin ninguna explicación adicional y llevándose por los prejuicios, las personas señalaron a Liu de cocinar con carne de perro.
No había marcha atrás. Una, dos, cinco, diez, de pronto una muchedumbre azuzada por una mujer entraron corriendo a su local y gritaron a viva voz: "¡Están comiendo carne de perro!". Liu estaba perplejo, confundido, con su media lengua de castellano intentaba negarlo, pero nadie escuchaba. La perversa idea de cocinar con carne de perro ya se había viralizado, corría de boca en boca por la zona.
Insultos, agresiones, daños al bien público y amenazas de quemar el local mantuvieron muy asustados a ambos cocineros. El Chifa Asia fue clausurado por quince días. Liu Xiunhuan fue llevado a la comisaría Sol de Oro junto a 'Negro' y desde entonces no supo más de su mascota. El viernes 2 de febrero la pericia de análisis toxicológico de la PNP reveló que la carne incautada era de res.
¿Quién le devolvería el prestigio al chifa Asia?, ¿quién le devolvería el dinero perdido de 15 días por la clausura?, ¿quién le devolvía a su mascota?, pero sobre todo, ¿quién le devolvería su honor como cocinero?
"NO COMEMOS PERRO"
Con una sonrisa nerviosa y sabiendo que la pesadilla quedó en el pasado, Liu Xiunhuan me dice: "Nosotros no comemos perros" y agrega que la gente estaba equivocada. "La mascota con la bolsa de carne de res estaban juntos y la gente piensa mal", explica.
Con una sonrisa nerviosa y sabiendo que la pesadilla quedó en el pasado, Liu Xiunhuan me dice: "Nosotros no comemos perros" y agrega que la gente estaba equivocada. "La mascota con la bolsa de carne de res estaban juntos y la gente piensa mal", explica.
Incluso, en esos tormentosos días cuando iba al mercado junto a sus paisanos sufrieron de discriminación. No lo querían en los pasillos del centro de abastos y le gritaban: "Aquí no vendemos carne de perro. Para ustedes no hay carne".
'Negro' es otra historia. El perro no aparece y Liu no esconde sus sentimientos. Admite que lo extraña y pide, por favor, que lo lleven hacia él, que lo regresen porque de verdad le tiene cariño.
SUEÑOS Y RESPALDO
Ellos no están solos. La Cámara Perú Asia Pacífico y la Asociación de Comerciantes Fujianeses Residentes en el Perú le brindan su apoyo y le han dado soporte legal porque las agresiones y difamaciones no quedarán impunes.
Ellos no están solos. La Cámara Perú Asia Pacífico y la Asociación de Comerciantes Fujianeses Residentes en el Perú le brindan su apoyo y le han dado soporte legal porque las agresiones y difamaciones no quedarán impunes.
Ahora, todo el chifa Asia se ha transformado. Con casi un año de apertura, las personas no dejan de llegar. Desde ayer, aguardan en las inmediaciones que abra el restaurante de Independencia. Los cocineros peruanos más reconocidos del Perú como Gastón Acurio, Héctor Solís, Mitsuharu Tsumura y James Berckemeyer también respaldaron el negocio.
Pese al caos, Liu Xiunhuan y su socio Li Fang Min están agradecidoscon el país porque la verdad salió a la luz y los comensales los están premiando.
"Quiero que se sientan contentos porque yo voy a preparar más comida rica para los peruanos", dice Liu y en su rostro pacífico no existe ni una gota de remordimiento o rencor. Siguen cocinando, sudan por el calor intenso de la cocina, su vida continúa. Están chinos de risa.
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