Una vez más, una parte de nuestro patrimonio arquitectónico, de nuestra historia, quedó hecha cenizas. El histórico , construido aún antes de que se inaugurara la emblemática y galardonado por su belleza, fue devorado –la madrugada de ayer– por el fuego.

De sus amplios salones de cuatro pisos, sus escaleras de mármol y de cada detalle artístico –que durante años albergaron a la aristocracia limeña– solo quedó escombros. Afortunadamente, las llamas no alcanzaron al Teatro Colón, una construcción contigua.

PÉRDIDA HISTÓRICA

El reloj marcaba la 1:15 a.m. de ayer. Decenas de personas recorrían la plaza San Martín, mientras otras esperaban el amanecer en los distintos locales de sus alrededores. De pronto, se escucharon gritos que advertían del fuego.
Las llamas salían por las ventanas del histórico edificio ubicado entre el jirón Quilca y la avenida Nicolás de Piérola, frente al .

Apenas minutos después comenzaron a llegar los bomberos. Más de 100 brigadistas empezaron a trabajar al mando del comandante Marcos Pajuelo, jefe departamental de los Bomberos de Lima Centro.

Era un incendio de de grandes proporciones (código 5). Al parecer, el fuego se había iniciado en el tercer piso, en el ducto de la chimenea de la pollería Roky’s, que funcionaba en el primer nivel.

Si bien el incendio fue controlado a las 4:00 a.m., los bomberos continuaron trabajando en la remoción de escombros hasta horas de la tarde de ayer.

PATRIMONIO CULTURAL

Marco Antonio Capristán, historiador y director del colectivo cultural Pinceladas Limeñas, calificó este incendio como “una pérdida histórica para el patrimonio cultural de la capital”.

El valor de esta edificación recae en que fue el primer edificio en ser construido en un sector nuevo de la Lima republicana, en la época de Augusto B. Leguía. En 1912, fueron los arquitectos y hermanos italianos Raymundo y Guido Masperi, quienes levantaron este edificio en el perímetro de lo que, nueve años más tarde, sería la plaza San Martín.
“Fue el primer edificio de ese entorno, galardonado con una medalla de oro por la municipalidad. Dos años más tarde, al costado, se levantó el Teatro Colón y, recién, en 1921, la plaza San Martín”, recordó.

Agregó que el nombre de la edificación se debe al primer negocio que funcionó en sus instalaciones. “Fue hecho para un italiano llamado Pedro Giacoletti. Él puso ahí una dulcería, que se convirtió en una de las más importantes de Lima del siglo XX”, detalló.

Posteriormente, en los años 30, el edificio cambió de propietario y pasó a ser conocido como el restaurante Juan Romano. Al mismo tiempo, sufrió modificaciones en su diseño arquitectónico.

“Inicialmente, tenía características del estilo art nouveau (arte nuevo), con muchos adornos, al igual que el Teatro Colón. Sin embargo, los edificios que se levantaron después tenían un estilo muy distinto, propio de la época, por lo que modificaron al Giacoletti para resguardar la armonía arquitectónica”, precisó.

Es a partir de la crisis económica de los años 80 que en el inmueble se comenzaron a instalar diversos locales de comida. “Primero fue el restaurante El Cortijo, luego la pollería San Martín y después aparecen varios restaurantes pequeños, hasta llegar al Roky’s. De igual modo, en los niveles superiores, los negocios cambiaron constantemente. El último fue el hostal San Martín, del cual ya no queda nada”, lamentó.

Enfatizó en que la debería realizar una fiscalización más rigurosa antes de otorgar las licencias de funcionamiento a los restaurantes que funcionan en casonas que son patrimonio histórico.
¿hasta cuándo? Otra edificación histórica quedó convertida, la madrugada de ayer, en cenizas y ahora no se sabe cuál será su destino.

EN ESTADO DE ABANDONO

En ruinas. Fuego arrasó casona en plaza Dos de Mayo en 2014.
El edificio Giacoletti podría sumarse a la lista de estructuras emblemáticas que, tras un incendio o derrumbe, no son reconstruidas porque sus propietarios no cuentan con los medios económicos, lo que, quizá, se suma a la indiferencia de nuestras autoridades.

Leslie Urteaga, directora general de Defensa del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura (Mincul), explicó que la recuperación de las casonas históricas de Lima es responsabilidad de los propietarios. “Nuestra ley es clara, el dueño de una propiedad es el encargado del mantenimiento. Más aún si posee un edificio que ha sido declarado Patrimonio Cultural”, señaló a Perú21.

Precisó que el Mincul otorga asistencia técnica a los dueños, quienes deben presentar un expediente antes de realizar una restauración. “A fin de que cada reconstrucción sea amigable con el patrimonio, los propietarios deben presentar informes técnicos en materia de construcciones históricas”, sostuvo.

Respecto a las casonas que, tras su colapso, quedaron en estado de abandono, la funcionaria indicó que “algunas aún no han sido recuperadas, porque los expedientes presentados por los propietarios no han sido aprobados o tienen observaciones no subsanadas”.

Al referirse al edificio Giacoletti, sostuvo que su sector no considera su demolición. “Hablamos de un edificio que está en el entorno del bicentenario. La idea sería unir esfuerzos entre los propietarios, los ministerios y la Municipalidad de Lima para restaurarlo”, detalló.

Agregó que, de la mano del municipio limeño, intensificarán la supervisión de los negocios que funcionan en casonas históricas. “Revisaremos las licencias de los restaurantes, de manera preventiva”, acotó.“La demolición es la última opción. Este es un edificio que está en el entorno del bicentenario”.

TENGA EN CUENTA

- El historiador Marco Antonio Capristán contó que el edificio Giacoletti había sido retocado en más de dos oportunidades. 
- Refirió que las autoridades deberán evaluar la reconstrucción del inmueble. “Este edificio marcó el inicio de una nueva era en la arquitectura limeña”, enfatizó.
- La centenaria edificación fue declarada monumento histórico de Lima en el año 1972.