Un gran número de familias decidieron intentar caminar hasta sus hogares ubicados en las diferentes provincias del país pese al riesgo del contagio del coronavirus (COVID-19). Ellos esperaron durante días que se dispongan buses para que puedan regresar a sus casas para cumplir el aislamiento obligatorio decretado por el presidente Martín Vizcarra. Al no encontrar respuesta han iniciado su caminata hacia su región.
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Cayó la noche y debido al cansancio, las personas decidieron pernoctar en medio de la avenida Ramiro Prialé. La autopista fue invadida por los migrantes quienes intentaron protegerse del frío con abrigos y frazadas. Los que más sufren son los pequeños que debieron dormir en el asfalto junto a sus padres. Esperan de esta manera poder ser escuchados por las autoridades y puedan designarles movilidad para llegar a sus hogares de lo contrario continuarán con su caminata.
Entre estas familias se encuentran niños, bebés, ancianos y mujeres gestantes. Ellos se encuentran en el grupo más vulnerable ante el virus; sin embargo es imposible que cumplan con el distanciamiento obligatorio.
En los grupos hay migrantes provenientes de Tarapoto, Pucallpa, Cajamarca y otras zonas del Perú. Ellos se rehúsan a quedarse en Lima pues ya no cuentan con dinero suficiente para mantenerse en la capital y desean volver a sus hogares a continuar su confinamiento.
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