El encierro obligatorio genera crisis emocionales en todos. Pero quizá los más afectados con esta situación –generada por la pandemia– son los niños. Y así lo demuestra una encuesta virtual realizada por la Municipalidad de Lima, denominada La Voz de las Niñas y los Niños.
El sondeo arroja que el 54% de menores de 5 a 11 años entrevistados –2,600 de 43 distritos de la capital– necesitaban que sus padres les prestaran mayor atención a su estado de ánimo durante la etapa de inmovilización social obligatoria.
También muestra que el 38.8% está aburrido frente a un 23.1% que asegura que se siente contento y un 21.1% que se muestra tranquilo. El 7.4% sostiene que siente miedo; el 7.9%, tristeza y el 1.7%, enfado. En tanto, el 50% rechaza todo aquello que afecte su integridad física y emocional, y el 41.5% mostró su interés de comunicarse mediante el juego o el arte, entre otros.
Para el psicólogo Estuardo Yacolca Melliz, director del Centro Peruano de Psicoterapia Integral, sostuvo que a partir de la situación generada por la cuarentena, se ha presentado un cuadro que le genera mucha ilusión a los chicos: tener al papá y a la mamá todo el día en casa.
En muchos casos, los padres han podido tener esa disposición y organización para poder pasar tiempo con sus hijos. Pero por otro también se han dado casos en que esta situación –la de la inmovilización– ha sido muy estresante, desorganizada y confusa, lo que ha llevado a los adultos a no poder compartir momentos con los niños.
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“Ocurre, también, que los momentos que podían compartir con los hijos eran momentos que no terminaban siendo gratos porque el padre llevaba consigo la frustración que tener que estarse organizando en casa con el trabajo o peor aún la frustración o angustia que su tema laboral económica se ha visto seriamente perjudicado”, dijo el especialista a Perú21.
Afirmó que esta situación es nueva para todos. En el caso de los padres, ellos están lidiando con sus propios problemas personales y “con sus propias dificultades para poder adaptarse en esta nueva forma de vida”.
¿Qué hacer? Yacolca propuso que los adultos se hagan una autoevaluación muy sincera, sin sentimientos de culpa, de las cosas que les molesta. Buscar aquella que más preocupación le genera y preguntar qué puedo hacer.
Lo otro es buscar espacios de soledad, en determinados horarios, para desconectarse y hacer lo que quisiera. También buscar espacios para estar a solas con la pareja y para reflexionar sobre las preocupaciones.
Y es necesario prepararse adecuadamente –física y mentalmente– antes de ponerse a jugar con los hijos, respirar y relajarse. “En este espacio, suelto todo tipo de preocupaciones laborales y económicas”, sostuvo el especialista.